Es difícil seguir la cuenta de las veces que Donald Trump ha amenazado con aranceles a otros países como medida de presión. Desde que juró el cargo el pasado 20 de enero, las esgrime varias veces por semana (o incluso varias veces al día). La última ha sido este viernes en un memorando firmado en la Casa Blanca con este encabezado: “Defensa de las empresas e innovadores estadounidenses frente a la extorsión, las multas y las sanciones injustas en el extranjero”. En él, el presidente de Estados Unidos amenaza con aranceles y otras represalias a la Unión Europea y el Reino Unido por imponer reglas de moderación de contenidos con las que combatir la desinformación y los bulos de las redes sociales estadounidenses como X y Facebook.
En realidad, lo que son constantes son los ataques de Trump y los republicanos a los medios. Vance señaló a una periodista del Wall Street Journal por desvelar los tuits abiertamente racistas de uno de los miembros del equipo de Musk en el llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). El vicepresidente disculpó al ingeniero racista y arremetió contra la periodista por desvelar ese racismo. Mientras, la agencia Associated Press ha acudido a los tribunales para que la Casa Blanca le levante el insólito veto que le ha impuesto por seguir refiriéndose al golfo de México como golfo de México. El presidente ha presentado demandas contra redes sociales y medios de comunicación que en ocasiones han preferido indemnizarle, incluso tras ganar en los juzgados, para liberarse de la presión.
El memorando, uno de los actos administrativos que puede adoptar un presidente, ordena al Representante Comercial de Estados Unidos estudiar si renueva las investigaciones sobre los impuestos sobre servicios digitales (DST, por sus siglas en inglés) de Francia, Austria, Italia, España, Turquía y el Reino Unido. Esas investigaciones se iniciaron en su primer mandato, pero quedaron aparcadas. “Si el Representante Comercial de Estados Unidos decide renovar dichas investigaciones, tomará todas las medidas apropiadas y factibles en respuesta a esos DST”, dice la norma.
Trump mantiene especialmente en materia económica. “Los gobiernos extranjeros han ejercido cada vez más autoridad extraterritorial sobre las empresas estadounidenses, especialmente en el sector tecnológico, obstaculizando el éxito de estas empresas y apropiándose de ingresos que deberían contribuir al bienestar de nuestra nación, no al suyo”, dice el memorando en su exposición de motivos.
Trump pone en el punto de mira los impuestos, regulaciones y todo tipo de prácticas de terceros países. Cita luego en concreto esos impuestos digitales de Francia, Austria, Italia, España, Turquía y el Reino Unido sobre los que ya abrió investigaciones en 2019 y 2020. Los países europeos llegaron a acuerdos con el Gobierno de Joe Biden para ir retirando esas figuras impositivas a cambio del establecimiento de un impuesto mínimo a las multinacionales mediante un acuerdo auspiciado por la OCDE y el G20. Trump, sin embargo, renegó del impuesto mínimo en su primer día en el cargo y convirtió en la práctica en papel mojado ese intento de tímida armonización de la fiscalidad sobre las empresas. Además, el memorando señala también el impuesto digital canadiense, más reciente.
Todas las conclusiones relativas a estos servicios digitales se suman a las derivadas de otros análisis que está haciendo el Gobierno estadounidense para redefinir su política comercial. Trump ha amenazado a la Unión Europea con aranceles incluso por el IVA, que no es un impuesto discriminatorio ni proteccionista. Según la Comisión Europea, de media los aranceles estadounidenses a los productos europeos son del 1,4%, frente al 0,9% que se aplica en la UE a las importaciones de Estados Unidos.
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Source: elpais.com