La UE arropa a Zelenski y anuncia una ayuda de 3.500 millones para Ucrania

Cuando se cumplen tres años del inicio de la invasión a gran escala de las tropas rusas, por tierra, mar y aire, contra Ucrania, 1.097 días de barbarie, el presidente Volodímir Zelenski ha reunido en Kiev a más de una docena de líderes internacionales para expresarles de nuevo que Rusia no es de fiar, que la seguridad de Europa depende de la de su país y que necesita su apoyo. “Las garantías de seguridad son claves para la paz”, ha manifestado el mandatario, en una cumbre a la que han asistido el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, junto a los principales jefes de Gobierno de los países bálticos y nórdicos, los presidentes de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el Consejo Europeo, António Costa, y el jefe de Estado canadiense, Justin Trudeau. Durante su intervención, la jefa del Ejecutivo comunitario ha anunciado un nuevo paquete de ayuda a Ucrania de 3.500 millones de euros.

Otros mandatarios, como el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, el británico, Keir Starmer, o el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, han intervenido a través de videoconferencias o mediante vídeos grabados. El mensaje de consenso que ha calado en la capital ucrania, el que ha recibido en primera persona Zelenski, ha sido claro y alto: Rusia empezó esta guerra y hay que mantener la unidad para defender Ucrania, con apoyo en materia de seguridad y financiera.

Pasadas las diez de la mañana y poco después de que la caravana de jefes de Estado y de Gobierno presentes en Kiev acudiera a la plaza de Maidán, escenario de las protestas contra la injerencia rusa de 2014, para realizar una ofrenda floral por los caídos en el frente, Zelenski ha recibido a los líderes en el lugar de la conferencia. Una reunión en la que el Kremlin ha querido estar presente de alguna manera: solo 20 minutos después del inicio de las primeras intervenciones, el despegue de un avión de combate ruso ha hecho saltar las alertas antiaéreas en el corazón de la capital y en todo el país.

La cumbre celebrada en Kiev en el tercer aniversario de la invasión pone a prueba la alianza del bloque europeo con Zelenski y la defensa de Ucrania una semana después de que el cruce verbal entre el líder ucranio y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, situara en el precipicio el apoyo de Washington, principal sostén de Kiev frente a la agresión ordenada por Vladímir Putin el 24 de febrero de 2022.

“La UE está lista para hacer todo lo necesario para dar apoyo a Ucrania”, ha manifestado unos minutos antes Costa durante su intervención, “por eso convoco un Consejo Europeo para dar apoyo a Ucrania y fortalecer la defensa europea”. El político portugués ha querido reforzar la posición de Bruselas sobre las raíces de la guerra que ha calificado de “agresión no provocada” e “invasión cruel”. “No habrá una paz justa sin Ucrania y sin la UE”, ha manifestado el presidente del Consejo Europeo. “Solo Ucrania puede decidir cuando empiezan las negociaciones de paz”.

Sánchez ha asegurado que España “aportará más ayuda militar y con más determinación”, y ha reiterado la posición de su Gobierno: Ucrania debe alcanzar “una paz justa y duradera”, no un mero alto el fuego, y para eso es fundamental que Kiev y Europa participen en las negociaciones. Sánchez ha indicado que Ucrania debe acceder a la UE “lo antes posible”, pero no se ha manifestado sobre otra prioridad ucrania, el acceso a la OTAN.

La jornada ha contado también con la intervención del primer ministro noruego, Jonas Gahr Store, quizá la más distendida y natural de la cumbre. Gahr Store, que ha apelado a cada uno de los presentes durante su discurso, ha hecho énfasis en la necesidad de que Europa vaya de la mano de países como Turquía y Canadá. “Tenemos que unirnos y hacer que las cosas tengan sentido”, ha dicho el jefe de gobierno noruego, uno de los pocos que no ha leído los papeles. “Macron está en Washington hoy. Starmer en unos días, pero tenemos que unirnos. Porque si no lo hacemos, no habrá una voz europea y entonces seremos simplemente mucho más débiles”.

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