Bronce de Lester Lescay (8,12m) en una final de longitud en la que se rompe Jaime Guerra

¿Cuánto cabe en un centímetro? ¿Cuánto cabe en siete centímetros y un grito desgarrador como el músculo desgarrado en un muslo hasta una décima antes potente, lleno de fuerza, perfecto?

🥉¡Qué debut con la @atletismoRFEA!

Lester Lescay logra el BRONCE en el Campeonato de Europa de pista cubierta con un gran salto de 8,12m. #AtletismoRTVE pic.twitter.com/wbstNUvAS5

Desde las tribunas, poco después, Luis Felipe Méliz le lanza una bandera de España a su pupilo feliz. Un tallo cubano de 23 años, que ha pasado por las mismas incertidumbres que él, y que disputa como español su primera competición, tan recientemente le llegó el transfer internacional, y el año pasado ya saltó 8,35m.

Una mañana en la pista de atletismo de Guadalajara, una mañana de marzo fea, ruido de autopista, nubes oscuras, viento serrano, da para mucho. Da para ver bailar a Yulimar Rojas sobre su pie sanado y trotar dos vueltas a la pista junto a Juan Miguel Echevarría, el saltador con los nueve metros en sus piernas y una historia de imposibles; y mientras se goza de la salsa panameña y de la utopía de volver a ver a Echevarría por encima de los 8,70m, hablar con Pedro Figueroa, que voló desde Cuba a España en 1997 con su mujer, la atleta de 400m Odalmis Limonta, y es un magnífico entrenador al que consulta Iván Pedroso, maestro del triple y de Jordan Díaz y de Yulimar, y que después de trabajar en Mallorca y en La Línea, se ha establecido en la capital alcarreña, donde crece por él regada la magnífica saltadora Carmen Rosales, alcarreña, tan joven.

Los tres grupos de entrenamiento dirigidos por Pedroso, Méliz y Figueroa son uno.

Con Figueroa también conferencia Méliz, y aquello es un pequeño rincón hermoso de lo que podría ser el centro de alto rendimiento de La Habana si todos no se hubieran visto obligados a buscar el pan en España, y aun con pasaporte español siempre se sienten cubanos, y volverían, tanta melancolía, como volvería Lescay, de la generación de Echevarría y Jordan Díaz, que llegó de Santiago en 2022 tras el amor de una mujer, una joven de Castellón con la que se casó, y en Méliz, saltador que como español fue plata en los Europeos de 2012 (8,21m), encontró al entrenador ideal. Salta tocado y solo hace un salto válido, el que le da el bronce y le permite seguir soñando.

Las esperanzas españolas de una final triunfal con tres atletas de los ocho vistiendo del naranja Joma para la ocasión se frustran antes de comenzar. Anunciado como uno de los favoritos, el valenciano Quique Llopis se lesiona calentando y no arriesga, no corre. “Ahora, a pensar en el aire libre”, dice, esperanzado, el vallista de Bellreguard. “La pista cubierta solo la hago para competir, para tener ritmo de carrera. Lo importante son los 110m vallas del verano”.

Contempla desde las gradas una final de viejos conocidos. El vuelo de Jordán, que termina cuarto (7,54s) una carrera ganada en la última valla por el polaco Jakub Szymanski (7,43s), por delante de los franceses Belocian (7,45s) y Just Kwaou-Mathey (7,50s). Asier Martínez es séptimo (7,68s).

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