Ante el tribunal, Sarah ha relatado cómo Depardieu la abordó en tres ocasiones una noche que se encontró sola con él, durante el rodaje, y este le tocó los glúteos y los pechos. “Recuerdo que me quedé bloqueada y haberle dicho ‘no’”, ha declarado. Según su relato, él insistió. Ella asegura: “Recuerdo haber dicho que no dos veces”.
A lo largo de la tarde, han declarado otras mujeres del mundo del cine (una que trabajaba en vestuario, una técnico, otra actriz o una periodista), que han apoyado las versiones de las dos presuntas víctimas y han relatado hechos similares, no denunciados. “Esas mujeres no mienten. Ese hombre es peligroso”, ha dicho una de las testigos. Carine (nombre modificado) fue testigo de la agresión denunciada por Amélie, a la que vio “atrapada entre las piernas de Gérard Depardieu (..) Mi cerebro se bloqueó, me quedé en shock”.
En la defensa del acusado salió también su escolta durante el citado rodaje: “En lo que respecta a su carácter, no es un secreto, él nunca ha ocultado una especie de libertad que podía molestar a muchos. Dice lo que piensa y hace lo que quiere, hoy vivimos en una sociedad en la que tenemos miedo de todo y venir a testificar por Gérard tiene un coste”, declaró ante el tribunal su antiguo guardaespaldas. Yves, director de fotografía en Las persianas verdes, reconoció haber sido testigo de “un altercado” con una de las presuntas víctimas, Amélie, pero matizó que “esa grosería no era solo hacia las mujeres, sino también hacia los hombres”.
Estos días se procesa a Depardieu por las denuncias de estas dos mujeres, pero hay otra veintena que había trabajado con él a lo largo de su carrera y que denunció hace meses hechos similares al medio Mediapart. El juicio al intérprete cristaliza el movimiento del #Me Too en el cine francés y se ha convertido en símbolo del feminismo, que considera que este caso es solo la punta del iceberg.
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Source: elpais.com