Se puede trazar un mapa de algunos de los puntos más comprometidos de la temporada del Real Madrid siguiendo el rastro de los mayores empeños de Vinicius. Contra el Athletic, por ejemplo, intentó 16 regates, más que en toda la temporada, su sexto mayor registro en sus siete temporadas en el club, según Opta. Además, presionó 17 veces, solo una menos que Bellingham y Camavinga, según Hudl Statsbomb. En su línea de otros momentos apurados: como en el partido de noviembre contra Osasuna (4-0), cuando respondió a las amenazas de despido de Ancelotti con tres goles y 12 regates, su quinta marca del curso. Y con un abrazo al técnico.
Este domingo contra el Athletic el brasileño se entregó al derroche sobre los rescoldos aún calientes de la eliminación contra el Arsenal en cuartos de la Champions: el Madrid no solo no consiguió remontar, sino que apenas dejó señales de vida, perdió y se despidió con un global de 5-1. La afición, que se había entregado al ritual mágico de la remontada sin verse correspondida, mantenía el domingo cierto desencanto con el equipo. Cuando las pantallas del estadio mostraron en un palco a Mbappé, sancionado y lesionado, recibió una pitada. Antes, durante la presentación de los jugadores por megafonía, el club elevó el volumen habitual de la música, lo que impedía apreciar el juicio del público.
Vinicius tampoco se encontraba en su momento de mayor enamoramiento con la grada. Le dolieron los pitos de hace un par de semanas, cuando falló un penalti contra el Valencia con 0-1. El error y el enfado del público le dejaron tocado, y estuvo fallón hasta que encontró el empate. Aunque después llegó Hugo Duro con un cabezazo en el tiempo añadido y el Madrid se quedó sin punto (1-2).
La lista de los partidos en los que más ha encarado al rival este curso resulta muy significativa. No hay apenas citas menores. El segundo, con 15 intentos de regate, es la vuelta de octavos de Champions contra el Atlético en el Metropolitano de hace unas semanas, un duelo crudísimo con prórroga que se decidió en la tanda del penalti con doble toque de Julián Alvarez. Aquella noche, como este domingo contra el Athletic, también se entregó en defensa: fue el segundo que más presiones realizó, 22, solo por detrás de las 31 de Bellingham.
Ya había empezado así la temporada: en el primer partido, la final de la Supercopa de Europa contra el Atalanta en Varsovia, fue el que intentó más regates (11). A la salida de uno, alcanzó la línea de fondo y asistió a Valverde para el 1-0 que abrió el camino al título.
El brasileño ha mostrado una marcada tendencia a asumir responsabilidad y riesgos en citas comprometidas. De sus 311 partidos con el Madrid, el tercero en el que más regates intentó (21) fue una final, la de la Copa del Rey de 2023 contra Osasuna en La Cartuja, donde martirizó a Moncayola hasta que lo disolvió y el Madrid se llevó el título (2-1).
El puesto 10 lo ocupa un partido aún mayor, la final de la Champions contra el Dortmund en Wembley el pasado 1 de junio. Intentó 15 regates, de nuevo el más insistente del equipo, marcó el 2-0 y fue el tercero que sumó más presiones (14), solo por detrás de Rodrygo (24) y Valverde (16).
La noche de la no remontada al Arsenal estuvo muy lejos de todo eso: lo intentó solo cuatro veces, y aun así fue el más atrevido, lo que es muestra de la atonía general. No pudo agitar la turbina de otros momentos mágicos que sí guarda entre sus funciones más atrevidas. En el puesto 17 de sus 311 partidos está la remontada al PSG en 2022 (14 intentos), y en el 28, la del Bayern el año pasado en el Bernabéu (12).
Ancelotti celebró su derroche del domingo. “Creo que para él no han sido días felices, pero la reacción que ha tenido en el campo me ha gustado mucho”, dijo. “Vini siempre es un jugador muy importante para nosotros, no solo por lo que hace en el campo, también por la actitud que tiene”.
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Source: elpais.com