De las más de 20.000 especies de abejas que se calcula que existen en el mundo, ninguna es tan conocida como la de la miel, Apis mellifera, domesticada por los humanos desde hace milenios, al igual que las cabras, las vacas o los caballos. Cuando se habla de abejas, la mayoría de la gente piensa automáticamente en los insectos de las colmenas cuidadas por los apicultores con sus trajes especiales para protegerse de las picaduras. Sin embargo, también pueden encontrarse colonias de melíferas silvestres que producen miel en agujeros de los árboles y otras cavidades en espacios naturales. Esto es lo que muestra el libro Abejas melíferas. Su vida secreta en el bosque, del fotógrafo Ingo Arndt y el científico Jürgen Tautz, una obra publicado ahora en español por la editorial La Fertilidad de la Tierra que se mete dentro de los nidos de estos increíbles insectos sociales en florestas de Alemania para reivindicar la gran importancia de las poblaciones salvajes.
Estos insectos necesitan orificios para anidar, pero no son capaces de hacerlos por ellos mismos, por eso a menudo utilizan los agujeros que dejan en los árboles los pájaros carpinteros. Seleccionan cavidades alejadas del suelo, una forma de protegerse también de los golosos osos, cuando los hay. Todo ello hace que no resulte nada sencillo localizar y estudiar estos nidos dispersos por los bosques. Sin embargo, en Galicia los investigadores alemanes descubrieron que es mucho más fácil cuando las abejas silvestres viven dentro de postes eléctricos huecos de hormigón, muy accesibles y localizables, así que centraron su investigación en estos emplazamientos. “En paisajes agrícolas sin hábitats naturales de anidación, estos postes actúan como árboles huecos artificiales”, comenta Rutschmann. Según publicaron en , tras comprobar 214 pilotes, en 29 hallaron colonias de abejas Apis mellifera iberiensis, una subespecie propia de la península Ibérica (de un color más oscuro) que, a pesar de la expansión de determinados linajes en la apicultura actual por cuestiones de rendimiento, todavía se utiliza en muchas colmenas de los apicultores del país.
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Source: elpais.com