Apagón: la oportunidad de aprender

El apagón histórico vivido en España y Portugal puede ser un punto de inflexión si se aprovecha la oportunidad no solo para determinar las causas, sino para identificar y corregir los fallos estructurales del sistema eléctrico, más allá de los puramente técnicos. Para empezar, la experiencia de pasar horas sin los servicios que proporciona la energía eléctrica debe servir para reflexionar sobre el derecho a vivir con electricidad, que le es sustraído a más de 700 millones de personas en todo el mundo, desde la Cañada Real hasta Gaza o Ucrania, donde el corte deliberado del suministro eléctrico se utiliza como un arma de guerra y genocidio.

Pero a los fallos técnicos se suma uno más social, que tiene que ver con la desinformación y la manipulación de los hechos para servir a intereses que nada tienen que ver con asegurar el suministro de electricidad. El caso más esperpéntico es el intento de vender la energía nuclear como salvavidas frente a apagones, cuando los hechos han demostrado —como ya se sabía— que estas centrales no sirven para prevenir un apagón ni para restablecer el servicio, y suponen un riesgo añadido por su inflexibilidad y lentitud para adaptarse a las adversidades y, sobre todo, por su vulnerabilidad ante emergencias (el enfriamiento del núcleo depende del suministro eléctrico externo a la central).

Esto es porque la fiabilidad es un atributo del sistema eléctrico que depende más de cómo se gestiona que del tipo de fuentes energéticas presentes. Una red con una importante generación renovable puede ser tan fiable como cualquier otra si se diseña y gestiona de forma responsable y eficaz utilizando herramientas bien conocidas y ampliamente disponibles y si la normativa que lo regula es la adecuada.

Nada de parar la transición. Consiguieron aumentar la resiliencia de su red eléctrica y reducir el precio de la luz. Sí, bajar el precio de la luz, no solo las emisiones del sector eléctrico. Algo difícil si mantenemos el gas y la nuclear en nuestro sistema.

Cuando ocurrió el apagón en Australia Meridional, este estado tenía una penetración de renovables similar a España: hoy genera más del 70% de su electricidad con este tipo de energías y baterías y se está preparando para ser 100% renovable en tan solo tres años. Es el primer sistema eléctrico del mundo en el que la energía solar instalada en tejados puede llegar a superar la demanda de electricidad de todo el estado, en determinados momentos, con una apuesta decidida por la contribución de la ciudadanía desde sus casas.

Es hora de plantearnos para qué queremos generar electricidad y para quiénes. Aprendamos de este apagón la lección de poner a las personas y al planeta en el centro de las decisiones.

José Luis García y Sara Pizzinato forman parte del área de Energía de la organización ecologista Greenpeace.

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.