La plataforma Echamos de menos, que agrupa a asociaciones que trabajan en el ámbito de los cuidados paliativos, ha denunciado el “maltrato y castigo” recibido por el pediatra Sánchez y su equipo. En un comunicado, la organización denuncia que la advertencia remitida a este profesional sanitario “es el síntoma de un problema estructural: un sistema que castiga a quienes cuidan bien, que deja sin red a los más vulnerables y que no cumple lo que promete”. Según esta red, que agrupa a 30 entidades vascas, unos 200 niños necesitan cada año cuidados paliativos pediátricos específicos en Euskadi.
En una carta, que ha hecho pública en las redes sociales, el pediatra Sánchez anuncia que ha “decidido parar” y tomarse un descanso: “En estas condiciones me resulta muy difícil seguir trabajando, a pesar de la medicación que me han prescrito. Confío en volver”.
El pediatra y su equipo han venido asistiendo a personas menores en la fase final de su vida fuera de su horario de trabajo. Lo han hecho “mañanas, tardes, noches y festivos”, pese a que Osakidetza, la sanidad pública vasca, “nunca” ha reconocido este trabajo desinteresado, asegura Sánchez en su escrito. “Al menos hasta esta semana nos daban una palmada en la espalda y miraban para otro lado. Nos dejaban hacer, bajo nuestra responsabilidad”, añade el facultativo.
Nereida es la madre de un niño al que le diagnosticaron un cáncer con siete meses de vida y que falleció después de recibir la atención del equipo de paliativos durante tres meses: “Cuando nos dijeron que no se podía hacer nada por nuestro hijo, estas personas estuvieron siempre con nosotros, en todo momento, de día, de noche, los fines de semana”. Nereida, vecina de Barakaldo, está “enfadada e indignada” tras conocer que el pediatra Sánchez y su grupo han recibido una amonestación: “No entendemos cuál es la prioridad de Osakidetza. Nosotros solo podemos agradecerles su trabajo y el trato que recibimos en aquellos momentos tan duros. A mi hija le acompañaron en todo momento y le ayudaron a entender que su hermano pequeño se iba a morir”.
Ainhoa Fernández, coordinadora de Aspanovas (la asociación de padres y madres de niños, niñas y adolescentes con cáncer) elude valorar la situación creada con el equipo de pediatras paliativos del hospital de Cruces, pero advierte de que “hay una necesidad no cubierta de asistencia domiciliaria a niños con cáncer”. “No hay equipo en Álava ni en Gipuzkoa. Solo existe el equipo de Cruces en Bizkaia, y no se da una atención durante 24 horas los siete días de la semana”, confirma. Recuerda que el plan de cuidados paliativos de Euskadi 2023-2027 recoge el compromiso de garantizar esta “atención continuada″ que, según Aspanovas, “no se está dado aún en 2025″. Y añade: “Es una reivindicación basada en un derecho de los pacientes y sus familias, porque uno no puede elegir cuándo va a necesitar una atención extra de los sanitarios”.
Las asociaciones del ámbito de los cuidados paliativos, asegura Fernández, son “conocedoras de que los pediatras y enfermeras del equipo [de Cruces] atienden a sus pacientes menores más allá de sus obligaciones laborales, y esto es algo por lo que las familias estamos tremendamente agradecidas”.
El médico que ha descubierto esta situación en el País Vasco hace un llamamiento a corregir las deficiencias que se dan en la atención a menores en su fase terminal de la vida: “Quiero que la sociedad conozca esta situación, que me consta que también ocurre en otras Comunidades. Y que cuando una familia pida ir con sus hijos a fallecer en su casa, exijan que se les dé atención continuada. Quizás las familias tengan más capacidad de convencer a los responsables”.
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Source: elpais.com