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Domingo, 22 de junio 2025, 13:34
Si se confirma el movimiento, el peor escenario posible que manejaba el consenso se haría realidad, con un esperado repunte de los precios del petróleo -que algunas voces elevan ya por encima de los 100 dólares- que tendría su inmediato impacto en las Bolsas y el miedo a que la subida de la inflación por la energía impida a los bancos centrales mantener los tipos en niveles bajos.
«Lo que era un conflicto regional indirecto se ha convertido en una guerra de alto riesgo, impulsada por EE UU, dirigida contra la infraestructura de armas de destrucción masiva, con repercusiones impredecibles en los mercados energéticos, las rutas marítimas globales y la percepción del riesgo», apuntan los analistas de SPI Asset Management, en una nota a clientes recogida por Marketwatch.
Los inversores miran con especial preocupación el cierre del estrecho de Ormuz, por donde atraviesa el 30% de la producción mundial de petróleo. Cabe recordar, en todo caso, que el 70% del petroleo generado en la zona va a parar a China, que sería el principal perjudicado frente a EE UU o Europa en términos de abastecimiento. Pero los precios subirían para todos.
La presión se ha trasladado también a los precios del gas natural licuado (GNL), pues por esa zona estratégica también pasa el 20% del suministro mundial. Los precios del gas natural TTF también han escalado cerca de un 14% en apenas dos semanas.
Habrá que esperar a la apertura de los mercados esta semana para comprobar cómo reaccionan los inversores. Pero todo apunta a un movimiento natural de vender activos de riesgo como la Bolsa para buscar refugio en el oro o incluso el dólar estadounidense, ahora muy debilitado por la caótica guerra de aranceles.
El consenso coincide en que, pase lo que pase, para las Bolsas será un inicio de semana complicado. Según un reciente análisis de Deutsche Bank, desde 1939 se han producido 32 eventos geopolíticos similares al actual y el resultado ha sido de una caída del 6% en el S&P 500 hasta que toca su suelo, para después recuperar rápidamente el terreno perdido.
Frente a las visiones más catastrofistas, cabe recordar que los puntos álgidos del conflicto en la región -como el ataque de Hamás a Israel el pasado 7 de octubre de 2023 o las crecientes tensiones en Gaza- sí generaron un shock inicial en los mercados mundiales, pero no una reacción duradera, pues el pánico a una interrupción del suministro en el petróleo o el gas, nunca llegó a materializarse.
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Source: www.hoy.es