Decenas de jefes de Estado y de Gobierno han desembarcado estos días en Sevilla, convertida en ciudad-fortaleza para la IV Conferencia de Financiación para el Desarrollo de Naciones Unidas. La cita aspira a hacer el mundo habitable para los millones de personas que en el Sur Global viven en países asfixiados por las crisis encadenadas de la covid, la guerra de Ucrania, la subida de tipos de interés, la emergencia climática y ahora los recortes de la ayuda exterior.
Pregunta. El mundo está en llamas y se impone la ley del más fuerte. ¿Tiene sentido hablar de financiación al desarrollo en Sevilla cuando países como EE UU, Rusia o China imponen un sistema transaccional, que gana adeptos también en el Sur Global?
P. Se refiere a EE UU, el gran ausente de esta cumbre. ¿Es posible avanzar sin contar con el mayor donante del mundo, sin un actor clave en tema de deuda?
R. El compromiso de Sevilla demuestra que es posible avanzar. España en estos momentos está a la vanguardia, siendo el puente entre Europa y los países del Sur. Es la primera vez que una conferencia de este tipo se celebra en un país desarrollado y eso demuestra la apuesta por el multilateralismo. La cooperación siempre es mucho más fuerte que la confrontación y en Sevilla vamos a poner sobre la mesa cosas que realmente son innovadoras. El hecho de poner el acento sobre la deuda. Hay 3.400 millones de personas que viven en países que gastan más en deuda que en salud o educación. Por eso se va a introducir una moratoria de deuda para cuando ocurran catástrofes humanitarias, catástrofes medioambientales, cuando haya guerra.
P. Tanto EE UU como grandes donantes europeos han recortado su ayuda al desarrollo.
R. La cooperación al desarrollo en estos momentos está de bajada. En España, sin embargo, creció un 12% el último año. Es absolutamente necesario si queremos que, por ejemplo, una enfermedad como el sida no vuelva a estándares que hoy en día son inaceptables. No podemos permitir que las pandemias o enfermedades endémicas sigan creciendo.
P. Esta cumbre mira al Sur Global, pero muchos países africanos han dejado de considerar a Occidente un socio fiable. Se sintieron abandonados primero durante la covid y ahora con los recortes de ayuda. Miran a Rusia, miran a China, al Golfo. ¿Puede Occidente recuperar esa credibilidad?
R. Nosotros somos un socio totalmente fiable y nuestra credibilidad ha crecido por nuestra defensa de la ONU y del derecho internacional. Ha crecido porque mantenemos las mismas opiniones tanto en Kiev como en Gaza, por los mismos motivos. Somos países que creemos en esos valores, en la ONU, en el derecho internacional humanitario, en lo inaceptable del subdesarrollo, de la falta de educación o de enfermedades.
P. Pero esos consensos están rotos.
R. Encontramos la cooperación en uno de los momentos más bajos de su historia cuando Pedro Sánchez llegó al Gobierno. En 2015, estábamos en el 0,15% en relación con el PIB y en 2024 hemos incrementado hasta los 4.000 millones de euros con un incremento del 12%. Es una cifra histórica y a partir de ahí se establecerá una senda de crecimiento. Por primera vez en la historia de España, el 0,7% está reflejado en una ley.
P. Sí, pero ¿cómo se recorre ese camino? Faltan solo cinco años.
R. Estamos esperando a los nuevos presupuestos, pero el compromiso está ahí.
P. Hay países europeos que están recortando para cumplir con los objetivos de gasto militar. ¿Recortará España?
R. Por supuesto que no. España no va a recortar la ayuda al desarrollo.
P. Hablando del gasto militar, España se quedó sola en la pasada cumbre de la OTAN en su rechazo al 5%. ¿No temen dejar a España aislada?
R. En absoluto. España es un aliado fiable y comprometido con la seguridad euroatlántica y europea. Nosotros hemos mantenido desde el principio una visión distinta y lo que considerábamos es que el debate tenía que pivotar en torno a las capacidades, y para alcanzar esas capacidades, nosotros consideramos que el 2,1% es suficiente. Hemos acudido a la última cumbre de la OTAN con un espíritu de aliado fiable. Y, por supuesto, somos un puntal de apoyo a Naciones Unidas, al derecho internacional y al derecho internacional humanitario allí donde se encuentre, sea en Kiev, sea en Gaza.
P. En Gaza en concreto está hecho trizas. El derecho internacional se destruye en directo ante nuestros ojos. ¿Cómo es posible que la diplomacia sea incapaz de impedirlo?
P. ¿Las relaciones de España con Israel son irreconciliables?
P. Con más de medio millón de colonos viviendo en Cisjordania no es posible imaginar un Estado palestino. Ahora mismo son más bien bantustanes como en la Sudáfrica del apartheid.
R. España vive en estos años el momento de mayor presencia y prestigio internacional de toda su historia democrática. Hoy Sevilla es la capital mundial del multilateralismo, el centro de la ONU. Solamente los tres últimos años, España ha sido la sede de una cumbre de la OTAN, presidenta del Consejo Europeo que consiguió una Cumbre de la CELAC [La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños] histórica. Nunca España había tenido la vicepresidencia primera de la Comisión Europea. Tenemos la presidenta del Banco Europeo de Inversiones y ha tenido el Alto Representante hasta hace poco, y el año que viene acogerá la Cumbre Iberoamericana.
P. Me refiero concretamente al momento actual, al escándalo de corrupción que afecta al Gobierno, a las voces que piden elecciones anticipadas. ¿No le preocupa cómo puede afectar en la escena internacional?
R. Nuestra proyección internacional es muy clara y todo el mundo lo reconoce. Nos reconocen nuestros amigos árabes, que piensan que España está salvando la dignidad de Europa. El secretario general de la ONU [António Guterres] subraya el papel absolutamente vital de España en estos momentos para tender un puente entre el Norte y el Sur, para conseguir que una conferencia como esta tenga lugar. Esa proyección está presente desde hace ya unos años y sigue presente.
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Source: elpais.com