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Martes, 23 de julio 2024, 19:33
La NASA y sus socios se han enfrascado en los últimos años en el proyecto de llevar de nuevo al ser humano a la Luna. …
Los investigadores han advertido de esta posibilidad tras acceder a un listado de los fármacos almacenados en la Estación Espacial Internacional. Suponiendo que la NASA los enviaría también a Marte -se trataba, entre otros, de analgésicos, antibióticos, antihistamínicos y pastillas para dormir-, comprobaron que 54 de los 91 tenían una vida útil de tres años o menos. Según los cálculos más optimistas, el 60% de ellos caducarían antes de que concluyera una misión a Marte. En el peor de los casos, la cifra se elevaría al 98%. A ello se le suma otro factor: no se conoce con exactitud la estabilidad y eficacia reales de las medicinas en el espacio en comparación con la Tierra. El entorno espacial, con la radiación como elemento clave, podría reducir su efectividad. «Los responsables de la salud de las tripulaciones de los vuelos espaciales tendrán que encontrar formas de extender la caducidad de los medicamentos para completar una misión a Marte de tres años de duración, seleccionar medicamentos con una vida útil más larga o aceptar el riesgo elevado asociado con la administración de medicamentos vencidos», señalan.
El de los medicamentos pasados de fecha no sería ni el único ni el peor de los problemas a afrontar. Un estudio publicado en junio en la revista ‘Nature Communications’ reveló que de no descubrir nuevas formas de proteger los riñones, los astronautas deberían recibir diálisis en el camino de regreso. La razón es la mencionada radiación. Si un año en la Estación Espacial Internacional supone exponerse a una dosis un 50% mayor que el límite establecido en cinco años para los trabajadores de las centrales nucleares, un año en Marte equivaldría a recibir la misma que un testigo presencial de la bomba atómica de Hiroshima. Según las pruebas realizadas con ratones, los riñones se «remodelan» en el espacio: se contraen después de menos de un mes en el espacio y acaban desarrollando cálculos renales. Si el periplo marciano se prolonga durante tres años, los daños serían permanentes.
La radiación eleva también la posibilidad de que los astronautas sufran cáncer, enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas, y osteoporosis. A ello se le une la falta de gravedad, que conlleva una gran disminución de la masa muscular y pérdida ósea.
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Source: www.hoy.es