Con Dinamarca al frente de la , la Unión Europea pisa el acelerador para limitar el poder de las grandes tecnológicas y, sobre todo, para proteger a los niños y adolescentes en el entorno digital. El Gobierno danés, que …
En paralelo, la UE también buscará avanzar en la regulación de la inteligencia artificial, con especial atención al respeto de los derechos de autor. Estas son las claves de la nueva ofensiva europea.
Este otoño, la Unión Europea tomará una decisión, probablemente final, sobre una de sus leyes más polémicas y divisivas. Sobre la mesa está la obligación de que plataformas masivas como de sus usuarios en busca de material pedófilo; eso sí, siempre con autorización judicial. El objetivo es atajar una lacra que, según datos del Consejo de Europa, afecta a uno de cada cinco niños en la UE.
La propuesta, que ya recibió luz verde del Parlamento en 2023, lleva casi dos años estancada por la férrea oposición de miembros clave como Alemania o Países Bajos. Algunos estados temen que, con la excusa de proteger a los menores, se abra la puerta a una vigilancia masiva y se destruya el principio del cifrado de extremo a extremo, pilar de la comunicación segura en internet y que imposibilita que los mensajes que día tras día se mandan a través de algunas ‘apps’, como WhatsApp, sean visibles para nadie ajeno a la conversación, tampoco para la empresa propietaria del servicio.
Europa se enfrenta a un reto mayúsculo: ¿cómo verificar la edad real de un usuario en internet para evitar que los menores entren en sitios inapropiados? Encontrar una respuesta es la clave para que la propuesta de Dinamarca, España, Francia, Italia y otros seis países pueda salir adelante. El objetivo es claro: imponer una edad mínima, posiblemente los 15 años, para el uso de redes sociales y forzar a las plataformas a que lo cumplan.
La UE deberá primero crear un marco legal y técnico para un mecanismo de verificación; algo en lo que los estados miembro llevan tiempo tabajando. Esta herramienta podría acabar siendo necesaria no solo en TikTok o Instagram, sino en cualquier rincón de la red considerado no apto para menores.
El 2 de agosto entrarán en vigor nuevas partes de la Ley de IA que afectarán de lleno a plataformas de inteligencia artificial generativa, que tendrán que comenzar a cumplir ciertos criterios de transparencia y buenas prácticas para poder operar. Pese a las peticiones de última hora por parte de grandes corporaciones, e incluso de Estados miembro, para una moratoria de dos años, Bruselas ha optado por mantener el calendario.
Sin embargo, esta primera fase arranca con un vacío importante. El crucial Código de Prácticas, un manual diseñado por la nueva Oficina de IA de la UE para ayudar a las miles de empresas a cumplir la norma, sigue sin estar disponible. Debía estar listo en mayo, pero ahora no se espera hasta finales de año, dejando a muchas compañías sin una guía clara sobre cómo adaptarse a la nueva realidad.
Source: www.abc.es