Un Mundial de Clubes con luces y sombras: lo mejor y lo peor del torneo que ha terminado alzando el poderoso Chelsea

La imagen de Donald Trump engullido por una montonera de camisetas azules al no abandonar el podio en el que entregó el trofeo al capitán del Chelsea Reece James cerró la primera edición del millonario Mundial de Clubes celebrado en Estados Unidos. “Me dijeron que iba a entregar el trofeo y luego salir del escenario. Pensé que se iba a ir, pero quería quedarse”, relataba el capitán del Chelsea en la zona mixta, todavía un tanto anonadado en la zona mixta del MetLife Stadium de Nueva Jersey por el episodio que vivió con el controvertido presidente norteamericano. Este también protagonizó el registro sonoro de la final con los abucheos y silbidos que escuchó cuando hizo acto de presencia junto a su esposa Melania y el presidente de la FIFA, Gianni Infantino.

Las altas temperaturas y la humedad en los partidos disputados a las doce del mediodía y a las tres de la tarde en sedes como Miami o Los Ángeles generaron quejas de algunos jugadores desde el primer momento. “Es imposible. Es un calor terrible, las uñas me dolían. No podía frenar y arrancar. Es increíble”, lamentó Marcos Llorente en el primer encuentro del Atlético de Madrid disputado en Los Ángeles ante el PSG. “El otro día me mareé un poco y me tuve que tirar al piso. Es muy peligroso jugar con estas temperaturas”, apuntó el volante del Chelsea Enzo Fernández tras la semifinal con el Fluminense celebrada en Nueva Jersey.

También las tormentas veraniegas con aparato eléctrico han tenido incidencia en el torneo: provocaron retrasos o interrupciones en cinco partidos. La ley determina que si se registra actividad eléctrica a menos de 13 kilómetros del estadio, la actividad debe detenerse durante 30 minutos o hasta que se produzca otro episodio. El plan de la FIFA con vistas a la Copa del Mundo es cargar el mayor número de partidos posibles en sedes con estadios cerrados por completo como el de Atlanta.

La seguridad también tuvo su protagonismo al coincidir la primera semana del torneo con las protestas en el downtown de Los Ángeles contra la política migratoria de la Administración Trump. El Atlético de Madrid estuvo alojado a escasos metros de los altercados de los vándalos que aprovecharon las manifestaciones para el saqueo de comercios. La alcaldesa de la ciudad decretó el toque de queda entre las ocho de la tarde y las seis de la mañana. El asunto preocupó a la FIFA, que llegó a cambiar los horarios y la sede de la primera rueda de prensa de Simeone y Luis Enrique por motivos de seguridad.

En lo deportivo, los clubes europeos no han arrasado tanto como se esperaba, pero coparon la final con el Chelsea y el PSG y tres de los cuatro semifinalistas contando con el Real Madrid. Las eliminaciones del Atlético de Madrid en la primera fase, del Inter de Milán en octavos ante el Fluminense y del Manchester City en cuartos de final ante el Al-Hilal saudí han sido las grandes campanadas de la competición. a la cabeza, sostuvo la bandera del fútbol sudamericano hasta la penúltima ronda. Argentina sale perdedora frente a su eterno rival Brasil. Los dos grandes clubes argentinos, Boca Juniors y River Plate no pasaron de la primera fase. Su consuelo fue que sus hinchadas fueron las más numerosas y ruidosas.

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