La UE se prepara para el peor escenario en la guerra comercial con Trump

Conforme pasan los días y se acerca el 1 de agosto —el plazo que dio el presidente de EE UU, Donald Trump, para las negociaciones comerciales—, en la UE crece el hartazgo con las formas de negociar de Washington. Las últimas noticias que reciben los Estados miembros de esas conversaciones no apuntan precisamente hacia el acuerdo. “Hay un consenso creciente entre los Estados miembros de que la situación no es satisfactoria”, definen fuentes diplomáticas europeas, que creen que hay que acelerar más la preparación del escenario del posible fracaso. Algo similar señalan desde otras delegaciones e instituciones. Esto se traduce en la necesidad de tener listos los aranceles adicionales que ya están en la recámara, gravámenes a productos de Estados Unidos por unos 92.000 millones de euros, y pasar a ultimar réplicas adicionales, como gravar el comercio de servicios, lo que conllevaría la activación del mecanismo anticoerción.

Cuando el comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, habló de estos productos a los embajadores de los Estados miembros en la última reunión que mantuvieron, la acogida fue muy fría. “No es algo que pudiéramos aceptar”, apunta alguien al tanto de ese encuentro, que añade: “No soy optimista”. En la misma línea, hay quien dice percibir “más pesimismo” entre los socios de la UE. Y eso, más las formas de la negociación y algunos desplantes, hace que “el ánimo esté cambiando” inclinándose por recurrir a todo el arsenal posible de respuestas, apunta una tercera fuente diplomática.

Cuando Trump se saltó su propio límite del 9 de julio, lanzó una campaña de envío de cartas a 25 países y la UE. A la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, le escribió el 12 del mismo mes. En la misiva, amenazaba a Europa con unos aranceles del 30% si no había acuerdo antes del 1 de agosto y advertía de contrarréplicas si Bruselas respondía. “Si lees la carta, ves la que es la definición de coerción. Esto es una amenaza y no es aceptable. La Unión Europea, como potencia económica, tiene que hacerse respetar, si de verdad quiere ser respetada, por Estados Unidos y China”, apuntan fuentes comunitarias.

No obstante, oficialmente Berlín sigue insistiendo en que hace falta “un acuerdo con la Administración estadounidense que refleje los intereses de todas las partes”. “Las barreras al comercio perjudican a ambas partes por igual”, se limita a responder el Ministerio de Economía alemán. Pero fuentes comunitarias que conocen lo que ha ido sucediendo en los últimos encuentros en Bruselas apuntan a un endurecimiento en su postura, algo que podrá comprobarse este miércoles en la visita que el presidente francés, Emmanuel Macron —partidario de la línea dura en la guerra comercial— rinde al canciller alemán, Friedrich Merz, en Berlín.

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