😃 Ricky Rubio torna a somriure
💚🖤 16 anys després, la llegenda verd-i-negra vestirà de nou la samarreta de la Penya i signa per una temporada
📝 El comunicat: https://t.co/dSkBCBpGSm
Benvingut de nou a casa, @rickyrubio9! 🫶#CityOfBadalona pic.twitter.com/zRw4WvZVP8
Ataviado con una camiseta de su nueva marca de ropa de la Fundación Ricky Rubio –41/2002 para dar visibilidad a la Ley del Derecho al Paciente y conseguir que los enfermos de cáncer de pulmón estén informados-, el base posó primero con la camiseta del Joventut y el nueve a la espalda, su número. Después se abrió. “Al acabar la temporada con el Barça estaba perdido. Me planteé escenarios, pero desde la desesperación. Llegó agosto y me dije que quería tomarme un año en blanco. Y este proceso ha sido una montaña rusa, enriquecedor, pero difícil también por muchos momentos”, comenzó; “y cada vez veía que la retirada estaba más cerca”. Pero de repente, en abril, algo hizo en en su cabeza, entre otras cosas porque la entrevista en el programa Lo de Évole le ayudó: “Me abro tanto que me sano por dentro. Tenía miedo, pero hay que entender que todos somos humanos”, reflexionó. Eso y varias cosas que le sucedieron en abril -no especificó cuáles, pues algo se guardó para él-, le hicieron decidirse. “Fue una semilla que entró dentro de mí, con calma, donde el ego no hablaba”. Y se explayó: “Diferenciar la persona del ego ha sido lo más difícil. El ego es necesario, pero tenía que escucharme porque no sabía. No me conocía. Entender las emociones, los sentimientos, canalizarlas, entender cuándo y por qué me enfado. Sanarse por dentro”.
Ovacionado al entrar y salir de la sala de prensa, con su sonrisa natural, con un discurso trabajado, con argumentos razonados, Ricky resolvió: “Sí, será mi último club. No hay dudas. Igual cambio, pero ahora mismo digo que sí, cien por cien”. Y cerró: “Creo que estaré nervioso en mi primer partido, del 0 al 100%, tengo un 200% de ganas de jugar. Pero es que lo siento. Como ayer, que en vez de afrontar todo como un robot, lo hice humanamente. Incluso con un vídeo de un aficionado que le enseñé a mi mujer, se me cayó alguna lagrimita”. Esta, sin embargo, fue de ilusión, la que tiene él y el Joventut, también el baloncesto, de verle en el parquet y verle como jugador y persona.
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Source: elpais.com