Antes incluso de que la bocina retumbara el pasado 13 de junio en el Roberto Rodríguez Estrello de La Palma, Sara Okeke (Alcorcón, 17 años) giró la mirada hacia el banquillo local y comenzó a brincar de alegría. Con 23 puntos y siete rebotes, , motivo suficiente para ser incluida en el quinteto ideal del torneo junto a otra española, la base Gina García. El orgullo de los padres de Okeke derramó en lágrimas pocos segundos después, cuando se anunció por todo lo alto que su hija, Sarita, había sido designada como la MVP del torneo. “No me lo esperaba, la verdad; menos aún después de haber empezado el torneo lesionada”, confiesa ella a EL PAÍS, “fuimos un equipo muy completo y era un premio que se merecían muchas compañeras”.
Con nueve años, las circunstancias de la vida llevaron a Okeke de la residencia infantil Las Azaleas, en Colmenar Viejo, a su hogar, en Madrid. En la capital creció bajo el cuidado de David y María, sus padres, y con la inseparable compañía de Gabriela, Nacho y Mario, sus hermanos. Su concepción física, piernas ágiles y kilométricas desde bien joven, amenazó con ligarla al atletismo, pero antes de que tuviera tiempo para reparar en la decisión, el baloncesto se cruzó en su camino.
🎶 MVP, MVP, MVP! 🎶
Leading @BaloncestoESP to a home triumph, Sara Okeke is the #U18EuroBasket 2025 MVP 👑
📊 13.8 PTS | 7.1 REB | 57% FG
“Empecé con nueve o diez años, en Colmenar”, recuerda. “Ahora mido 1,93m, pero entonces tampoco era tan alta, o no al menos en comparación con las demás, porque el estirón lo di más tarde, con 13 o 14 años; simplemente quería hacer algo de deporte, moverme, y allí me animaron a probar. Empecé a jugar y pronto me llamaron de la selección madrileña y de la española. Entendí muy rápido que el basket se me daba bien”.
Tras un paso fugaz por el Torrelodones, de regreso a Colmenar llegó la llamada del Movistar Estudiantes, club que la formó desde categoría cadete y que abandonará a todos los efectos cuando concluya el verano y ponga rumbo a Estados Unidos, donde cursará segundo de bachillerato en la DME Academy Girls Basketball de Daytona Beach (Florida). “Me apetece muchísimo”, indica quien, pese a todo, no ve muchos partidos de baloncesto para, dice, no saturarse. “No le quiero cerrar la puerta a España, porque mi corazón está y estará siempre aquí, pero si todo va bien, me quedaré a estudiar la carrera en Estados Unidos para después seguir jugando allí”.
Bromas aparte, la madrileña, admiradora de Raquel Carrera y Amaya Valdemoro, es consciente del reto al que se enfrenta. Y no puede ocultar su entusiasmo. “Tengo mucha hambre, la verdad, quiero brillar en Estados Unidos”, sentencia quien, tras hacerlo en La Palma, ha sido víctima de una historia mal contada. “Mi vida ha tenido cosas difíciles, sí, pero es algo que ya forma parte del pasado. Yo me dedico a jugar al baloncesto y ahora estoy centrada en mi presente e ilusionada con mi futuro. Ver cómo después de ganar un Eurobasket y de ser la mejor jugadora del torneo se desvía todo y se utiliza mi historia para asuntos políticos… No me gusta nada. Al final, yo soy Sara, jugadora de baloncesto. Y eso es de lo que me gusta hablar”.
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Source: elpais.com