Ushakov no ha precisado de qué “señales” se trata, es decir, qué decisiones por parte del Kremlin podrían evitar la ruptura con Washington, pero el asesor de Putin, uno de sus hombres de mayor confianza, ha pedido tiempo para que Witkoff comunique el contenido de la reunión a Trump. Se espera que una vez el presidente estadounidense tenga la información, la Casa Blanca haga pública su posición.
La agencia Bloomberg informó el martes, a partir de fuentes anónimas, que el Kremlin sopesaba ofrecer “una tregua aérea”, es decir una suspensión de ambos bandos en sus bombardeos de largo alcance con drones y misiles.
“Si llega la fecha límite y Rusia no ha aceptado un alto el fuego, habrá sanciones. Pero (Moscú) parece bastante bueno en evitarlas. Son gente astuta, bastante hábiles para esquivarlas”, declaró Trump el lunes.
Esta ha sido la quinta reunión entre Witkoff y Putin. Entre febrero y abril, el enviado de Trump visitó Rusia cuatro veces para reunirse con el presidente ruso y otras autoridades. Estas visitas se produjeron en el momento de mayor de acercamiento de Trump a Putin.
El presidente de EE UU se mostró convencido de que una actitud conciliadora con Putin permitiría alcanzar una tregua y negociar la paz. Tanto Trump como su equipo incluso manifestaron en varias ocasiones que las concesiones territoriales en favor de Rusia eran inevitables.
Además de posibles sanciones, Trump autorizó también por primera vez en julio la transferencia de armamento a Ucrania. A diferencia de lo que sucedía en la era de su antecesor, Joe Biden, este material de guerra, sobre todo defensas antiaéreas, debe ser adquirido previamente por los aliados europeos.
El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, anunció el martes que sus socios europeos ya se han comprometido a adquirir para Ucrania, a través de la OTAN, armamento estadounidense por valor de 1.000 millones de dólares (870 millones de euros).
El Kremlin sostiene que las amenazas de sancionar a los países que comercian con Rusia son ilegales. Tres fuentes cercanas al presidente ruso aseguran a la agencia Reuters que es poco probable que Putin ceda al ultimátum de sanciones de Trump porque cree que está ganando la guerra y sus objetivos militares tienen prioridad sobre su deseo de mejorar las relaciones con Estados Unidos.
“La visita de Witkoff es un último intento por encontrar una solución que permita a ambas partes salvar las apariencias. Sin embargo, no creo que haya ningún tipo de compromiso entre las dos”, afirma Gerhard Mangott, analista austriaco y miembro de un grupo de académicos y periodistas occidentales que se han reunido regularmente con Putin a lo largo de los años.
“Rusia insistirá en que está dispuesta a aceptar un alto el fuego, pero (solo) con las condiciones que ha formulado durante los últimos dos o tres años”, sostuvo Mangott durante una entrevista telefónica con la agencia de noticias británica. “Trump se verá presionado para cumplir lo que ha anunciado: aumentar los aranceles a todos los países que compran petróleo, gas y, probablemente, también uranio a Rusia”.
Putin se ha mostrado escéptico sobre el impacto que tendrán más sanciones estadounidenses tras las ya impuestas durante tres años y medio de guerra. Según declararon a Reuters fuentes de su círculo cercano, el líder ruso no quiere enfadar a Trump y es consciente de que puede estar desperdiciando una oportunidad de mejorar las relaciones con Washington y Occidente, pero sus objetivos bélicos son más importantes para él.
Quienes lo critican lo describen como alguien que no está a la altura cuando se enfrenta a una negociación cara a cara con Putin, que ha liderado Rusia los últimos 25 años. En su última visita en abril, Witkoff, sin acompañamiento de diplomáticos ni asesores, ofrecía una imagen solitaria, sentado frente a Putin, Dmítriev y Ushakov.
Witkoff ha sido incluso acusado de hacerse eco de la narrativa del Kremlin. En una entrevista con el periodista ultraconservador Tucker Carlson en marzo, dijo que no había ninguna razón por la que Rusia quisiera absorber Ucrania o apoderarse de más territorio, y que era “absurdo” pensar que Putin quisiera enviar a su ejército a “marchar por Europa”.
Ucrania y muchos de sus aliados europeos advierten de lo contrario. Putin niega cualquier intención sobre territorio de la OTAN, y Moscú ha calificado repetidamente esas acusaciones como prueba de la hostilidad europea y la “rusofobia”.
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Source: elpais.com