El jefe del ejército israelí, antiguo aliado de Netanyahu, se erige en el oponente más feroz a la ocupación total de Gaza

El jefe del ejército de Israel, Eyal Zamir, ha adquirido notoriedad estos días . El ascenso del comandante hasta la posición más alta de las Fuerzas de Defensa de Israel ha ido vinculado a la confianza depositada en él por el mandatario israelí, que lo nombró a principios de año, pero que ya en 2018 había tratado de elevarlo al puesto. Pero ahora, tras casi dos años de guerra en Gaza, la oposición a sus planes lo coloca como un inesperado contrincante.

El Gabinete de Seguridad israelí, en el que participan tanto Netanyahu como Zamir, decidió la madrugada de este viernes lanzar la ocupación sobre Ciudad de Gaza, donde un millón de personas se hacinan en condiciones paupérrimas, y hacer lo necesario para controlar el conjunto de la Franja.

Esa información revela interacciones subidas de tono entre el jefe del ejército e Itamar Ben Gvir, uno de los ministros que quiere que la soberanía israelí se extienda sobre Gaza y a quien Netanyahu no puede permitirse decepcionar si quiere mantener la estabilidad de la coalición de Gobierno. “Sugiero que retiréis el regreso de los cautivos como objetivo de la guerra”, dijo el militar en referencia al riesgo que supondría una mayor invasión para los rehenes israelíes en manos de Hamás. “Deja de hablar con la prensa”, le respondió Ben Gvir: “Aprende de la polícia y sigue las decisiones del liderazgo político”.

El 1 de marzo, cuando dio su primer discurso como nuevo líder de las tropas, Zamir sorprendió asegurando que Israel tenía por delante “un año de combate”. En ese momento, Israel y la franja de Gaza disfrutaban de una tregua que acumulaba seis semanas de vigencia y que tenía posibilidades de prosperar hacia un alto el fuego definitivo. Aquel cese estaba permitiendo escenas de alivio en ambos lados del muro, con el regreso paulatino de los rehenes israelíes y la entrada de ayuda humanitaria en el enclave. Días después, las tropas comandadas por Zamir rompieron la tregua de manera unilateral.

El distanciamiento entre Netanyahu y su elegido llega después de más de una década de cooperación y entendimiento. Zamir, que había empezado su trayectoria militar en 1984 comandando tanques, fue elegido como secretario militar por Netanyahu en 2012, cuando ya ejercía de primer ministro. Zamir ocupó aquella posición durante tres años. Netanyahu lo ascendió una vez más en 2018, cuando lo nombró jefe adjunto de las tropas mientras lo consideró por primera vez como candidato a dirigir el ejército, algo para lo que le ha seleccionado este año.

Los gazatíes conocen a Zamir desde hace tiempo. En 2018, este hombre de ascendencia yemení dirigía el Mando Sur del ejército y gestionó la respuesta de las tropas a las Marchas por el Retorno. Estas manifestaciones semanales se repitieron durante meses. Sus participantes protestaban contra el asedio sobre el enclave y se acercaban al muro de separación. La actuación militar se resolvió con más de 200 víctimas mortales durante todas las protestas. También dejaron 10.000 personas heridas, de las cuales 8.000 ―incluyendo 1.500 menores y 150 mujeres― fueron alcanzadas por munición real.

La organización de defensa de los derechos humanos B’TSelem, la misma que este julio ha acusado a Israel de genocidio en Gaza, denunció entonces “el uso ilegal de fuego contra manifestantes que no suponen una amenaza para nadie”. Zamir justificó los hechos: “Hemos identificado intentos de llevar a cabo ataques terroristas bajo la apariencia de protestas”.

En ese mismo territorio ocupado tenía la mente puesta Zamir este viernes. A pesar de la oposición mostrada horas antes en la reunión del Gabinete de Seguridad, el jefe del ejército ya trabaja en los objetivos deseados por Netanyahu. Un comunicado del propio ejército ha indicado que Zamir ha hecho una “evaluación” de la situación sobre el terreno “para continuar la operación terrestre en la Franja”. La nota avisa de que las tropas “mejorarán su planificación operativa con profesionalismo” y que crearán “las condiciones necesarias” para el regreso de los rehenes y para la derrota de Hamás.

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