Pese a la persistente oposición de varios Estados miembros, especialmente de la poderosa Francia, la Comisión Europea se dispone a lanzar este miércoles el proceso de ratificación de Mercosur pendiente desde que hace casi nueve meses se cerrara el pacto político en Montevideo. Bruselas también prevé adoptar el texto correspondiente para modernizar el tratado comercial con México. Tras años de negociaciones, ambos textos legales serán revisados y aprobados en el colegio de comisarios de este miércoles, para luego ser enviados a los colegisladores de la UE, el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE, según ha adelantado el Ejecutivo europeo.
De ratificarse, proceso que ahora comienza, creará la mayor área comercial del mundo: un mercado de más de 722 millones de personas, 449 millones en Europa y 273 millones en Latinoamérica. Tras el fracaso anterior —en 2019 se alcanzó un principio de acuerdo que no pudo ser ratificado—, en diciembre pasado se enmendó parte de aquel texto para que sea asumible por quienes más problemas adujeron: Francia y buena parte del Parlamento Europeo.
Pese a todo, varios países han seguido trabajando hasta el último momento para retrasar el paso que se busca dar ahora. El calendario es, además, especialmente malo para el crítico más feroz del acuerdo con Mercosur: Francia. Su presidente, Emmanuel Macron, lo ha tratado de retrasar por el rechazo popular que genera, sobre todo entre un sector muy sensible en elecciones, el campo. Y el paso de Bruselas no puede llegar en peor momento, a solo unos días de que el primer ministro de Macron, François Bayrou, se someta a un voto de confianza que casi con toda seguridad perderá.
Paradójicamente, la historia podría repetirse: en París sentó especialmente mal que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, viajara a Montevideo a finales del año pasado para sellar el acuerdo político con los presidentes de los cuatro Estados que integran el bloque (Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil) justo después de que cayera el predecesor de Bayrou, Michel Barnier, tras solo tres meses en el Gobierno.
Pero Francia no está sola en sus reparos al tratado. También Polonia ha trabajado activamente para frenar el proceso. Es, de hecho, una de las pocas cosas en las que se ponen de acuerdo el primer ministro, el conservador Donald Tusk, y el flamante presidente, el ultra Karol Nawrocki.
“Estoy listo para formar una minoría de bloqueo en el Consejo de la UE para detener la firma del acuerdo entre la UE y los países del Mercosur”, declaró Nawrocki la semana pasada ante el gabinete de ministros. El presidente dijo que trabajará con Tusk y su Gobierno en este asunto pese a sus profundas diferencias y también adelantó su intención de contactar a otros socios europeos, como Italia, para frenar el proceso.
Para Nawrocki, el Mercosur supone “el fin” del mercado avícola y vacuno y una “amenaza” para la agricultura polaca. Tusk por su parte indicó que su Gobierno está trabajando para introducir algún tipo de mecanismo con el que modificiar o bloquear cualquier aspecto del acuerdo que ponga en riesgo el mercado interno, según informó EP.
El acuerdo , que también llega ahora al Colegio de Comisarios, es otro proceso de larga duración: el pacto para su actualización se alcanzó en enero, pocos días antes del regreso de Trump a la Casa Blanca y tras ocho años de intensas negociaciones. El acuerdo renovado con la UE busca impulsar unos intercambios comerciales que ascienden hoy a 82.000 millones de euros.
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Source: elpais.com