Rusia y China estrechan su alianza energética con la construcción de un nuevo gasoducto

China se ha convertido estos últimos días en un hervidero geopolítico. A menos de 24 horas del gigantesco desfile militar en la plaza de Tiananmén con motivo del 80º aniversario de la rendición de Japón en la Segunda guerra sino-japonesa (1937-1945) y el final de la II Guerra Mundial, el presidente chino, Xi Jinping, ha celebrado este martes una reunión con su homólogo ruso, Vladímir Putin. El encuentro, a puerta cerrada, ha continuado con una charla informal en torno a una mesa de té en la residencia privada del líder chino en Pekín. Por la tarde ha llegado a la capital china el líder norcoreano, Kim Jong-un, otro de los invitados de excepción a la conmemoración.

Por su parte, el norcoreano Kim, ha llegado a Pekín por la tarde en un convoy ferroviario (su habitual modo de transporte). Es su primer viaje a la capital china desde 2019 con la intención de restablecer los lazos con el que ha sido su principal aliado económico y diplomático durante años. Y podrá verse también con el mandatario ruso, con quien ha mostrado una creciente afinidad en los últimos años. Su sintonía se materializó en 2024 con la firma de un pacto de defensa mutua entre Rusia y Corea del Norte en caso de agresión, y la participación directa de soldados norcoreanos en la guerra de Ucrania.

Aunque China es el principal aliado estratégico de Corea del Norte, las relaciones entre Pekín y Pyongyang se habían enfriado en los últimos años, por lo que se espera que la visita sirva de acercamiento entre los dos vecinos, que comparten casi 1.400 kilómetros de frontera terrestre.

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