Carlo Acutis será oficialmente el primer santo de la generación milenial

El camino de canonización que culmina este domingo, con la plena inscripción de Acutis en el Libro de los Santos de la Iglesia católica, ha revolucionado y rejuvenecido el concepto de santificación y ha inaugurado una nueva era en la adoración de ídolos católicos. Su historia, que es la de un muchacho que adoraba la informática, la comunicación, el deporte, la naturaleza y las redes sociales, donde divulgaba el Evangelio, ha dado la vuelta al mundo.

En Asís, el lugar en el que Acutis quiso que reposaran sus restos mortales, por su devoción por san Francisco, hay muchos puestos que venden estampitas del santo milenial. Y la popularidad y la afluencia de fieles a la Iglesia de Santa María la Mayor de esta localidad han aumentado desde que se convirtió también en un lugar de veneración de Acutis.

En 2020, después de que la Santa Sede estudiara su caso a fondo durante dos años y escuchara el testimonio de personas que lo conocieron en vida, el papa Francisco lo proclamó beato, que es el primer paso oficial para llegar a santo. Con sus vaqueros y un par de zapatillas Nike puestas, el joven se convirtió en beato de la Iglesia católica. Eso generó un gran impacto y lo situó como símbolo de una nueva generación de santos. Fue una imagen inusual y rejuvenecedora en la hagiografía cristiana.

Su canonización estaba prevista para finales de abril de este año, coincidiendo con el Jubileo de los adolescentes, pero se suspendió por el fallecimiento de Francisco y se pospuso hasta septiembre. La Iglesia, consciente del tirón que tiene Acutis entre la juventud, quiso que su ascenso a los altares de la santidad fuera uno de los platos fuertes de este Año Jubilar.

Fue voluntario en el comedor social de los monjes Capuchinos y de las monjas de la Madre Teresa, enseñaba el Catecismo a otros muchachos de su edad, ayudaba a niños con dificultades en la escuela por las tardes y por las noches llevaba comida y bebidas calientes a las personas sin hogar, a las que compró sacos de dormir con los ahorros que había conseguido con sus propinas.

La Iglesia lo propone como un referente para los jóvenes, cercano en el tiempo, por sus inquietudes, su modo de vivir y de contagiar la fe. Su canonización también forma parte del empeño de la institución religiosa por acercar a los jóvenes a la fe. El dicasterio para las Causas de los Santos destaca de él que “como joven laico, supo reavivar el fervor y la práctica cristiana en muchos consagrados y sacerdotes”. Y lo considera un “modelo” para otros jóvenes. “El principal legado que Carlo ha dejado, sobre todo a las nuevas generaciones, es la coherencia de su vida con los valores del Evangelio. Precisamente, por su capacidad de compartir con los demás los misterios de la fe, Carlo puede ser definido como un verdadero apóstol en todos los ámbitos en los que vivió, que son los típicos de un adolescente: familia, escuela, deporte, tiempo libre, viajes, juegos”, destaca este organismo.

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