Los consejos de los expertos para que tus hijos aprovechen ChatGPT en la vuelta a las clases

La inteligencia artificial (IA) aspira a transformar, por completo y para siempre, la forma en la que trabajamos, consumimos contenido, buscamos información o nos relacionamos. Y lo cierto es que, a estas alturas, los cambios que está realizando en nuestros hábitos ya son más que evidentes. Especialmente para los estudiantes. De acuerdo con un reciente estudio de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD), el 89% de los universitarios ya hace uso de herramientas como ChatGPT, Gemini, Deepseek o Grok para que les ayuden a sacar las asignaturas adelante. El 35%, además, las utiliza de forma diaria.

Coincidiendo con la vuelta a las clases, que arranca esta misma semana, expertos consultados por ABC apuntan que no es malo que los jóvenes intenten aprovechar la tecnología para mejorar sus resultados académicos. Eso sí, siempre y cuando conozcan bien su funcionamiento y sepan cómo emplearla correctamente, algo que no está del todo claro, ya que solo el 34% de los alumnos ha recibido formación específica para ello. Y en inteligencia artificial generativa no todos los usos posibles valen. En absoluto.

En la misma línea se mueve Pablo Haya Coll, investigador del Laboratorio de Lingüística Informática de la Universidad Autónoma de Madrid y director de Businness and Language Analytics en el Instituto de Ingeniería del Conocimiento. Aunque no tiene tan claro que haya que ser tan restrictivos con la edad, el docente remarca que «los chatbots deben ser una herramienta de apoyo que no sustituya la adquisición de conocimientos»: «Tenemos que seguir aprendiendo a escribir, a razonar, a sintetizar y comparar ideas por nuestra cuenta sin depender de las máquinas».

Evidentemente, el alumno debe desconfiar siempre de los datos y la información que le ofrezca la máquina; ya que pueden contener errores. Antes de dar una respuesta por buena hay que tratar de contrastar usando otras fuentes. Asimismo, debe evitar copiar el contenido que le ofrece el robot y hacerlo pasar por propio. «Para empezar, eso es plagio porque no lo has escrito tú y emplearlo en un trabajo está considerado como un delito», dice Haya Coll.

Aunque ChatGPT se equivoca como cualquier máquina de su clase, su uso puede ser especialmente útil a la hora de comenzar a investigar un tema concreto o intentar aclarar posibles dudas. «Yo a mis alumnos siempre les digo que los chatbots te ayudan a desbrozar el camino. Cuando antes tenías que empezar un trabajo, y no sabías por donde arrancar a leer, ibas a Google y te salían cincuenta páginas, y eso es algo que te podía abrumar. La IA generativa puede servir para que el camino de aprendizaje esté más dirigido a través de las preguntas directas que realizas a la máquina. Así también puedes encontrar las fuentes concretas que necesitas consultar a través de enlaces», dice Rouyet.

Haya Coll apunta que ChatGPT, por ejemplo, cuenta desde hace un par de meses con una versión dedicada para ser utilizada por estudiantes. Recibe el nombre de ‘modo estudio’ y, a través de este, la máquina comparte preguntas, pistas y sugerencias destinadas a que el joven reflexione y comprenda mejor la materia. Las respuestas que ofrece el chatbot están estructuradas para resultar asequibles y se adaptan al nivel del estudiante.

Los chatbots, igual que crean imágenes de la nada y responden casi cualquier pregunta, pueden ayudar a los estudiantes a completar las tareas más tediosas. Los docentes consultados apuntan que funcionan muy bien componiendo índices o bibliografías; siempre y cuando, eso sí, el estudiante le comparta la información necesaria para llevar a cabo la labor. También pueden ser muy útiles para hacer resúmenes de los apuntes o de los trabajos realizados. Solo hay que subirlos a la herramienta y comenzar a trabajar sobre ellos a través de solicitudes escritas.