Marc Márquez pero a él le gusta competir al límite y lanzarse a un nuevo reto cada día. Después de la caída que le amargó el sábado, cuando ya aseguró su punto de campeonato de aquí a dos semanas, el octocampeón se levantó con una portentosa actuación para llevarse la victoria en el GP de San Marino por delante de un correoso Marco Bezzecchi y dejar visto para sentencia el alirón en la siguiente cita. Será en el GP de Japón, el próximo 28 de septiembre, cuando el piloto español tendrá la oportunidad de cerrar su impresionante temporada de reconquista en MotoGP. Para lograrlo necesitará tan solo arañarle tres puntos más a su hermano Álex, tercer clasificado a más de siete segundos en Misano, algo que
El líder del certamen, que emerge de la prueba italiana con el récord de puntos en una sola temporada —512 por los 508 de Martín el curso pasado—, y necesita salir de Motegi con 185 para sumar su novena corona mundialista, la séptima en la categoría reina. Esa cifra le igualará a títulos con Valentino Rossi, uno de los miembros ilustres del flamante Salón de la Fama de MotoGP, inaugurado este fin de semana en Rímini y presente en su circuito de casa.
Márquez no se arrugó pese al error cometido en la e intentó emular el guion del sábado en la carrera de este domingo. Salió como un cohete desde la cuarta plaza en parrilla y en la primera curva se zampó a la Yamaha de Fabio Quartararo y la Ducati de su hermano Álex Márquez, en esta ocasión con un adelantamiento por el exterior. Empezó entonces una persecución frenética al Bezzecchi, que lleva ya varias citas demostrando ser su enemigo más rebelde este año a pesar de que le dobla en puntos en la tabla. El italiano de Aprilia, nacido a minutos del trazado, aguantó con tesón las acometidas del próximo campeón del mundo, con una máquina más nerviosa que la Ducati, mucho más estable y suave en las enlazadas rápidas del circuito.
Siempre a menos de medio segundo, haciendo la goma, la presión de ambos fue elevadísima, en una carrera sin adelantamientos, pero una tensión tremebunda. Bez amenazó con su vuelta rápida a cuatro del final, pero la respuesta de Márquez fue contundente, rebajándola una décima más (1:31.2) a tan solo tres del final. El mérito de ambos es que ninguno sobrepasó los límites y terminó por los suelos en una jornada delicada con hasta ocho caídas de los competidores. Quién sí ofreció adelantamientos preciosos en Misano fue el murciano Pedro Acosta, que terminó haciéndole la peineta a su KTM cuando le dejó tirado en la octava vuelta. Tras salir noveno, el español rodaba ya cuarto, pero una rotura de cadena truncó su asalto al podio.
Peor fue la caída de Pecco Bagnaia, que una vez más subrayó su momento más crudo como profesional en MotoGP. Incapaz de replicar el rendimiento de su compañero de garaje y futuro campeón, el turinés se quedó a ver los toros desde la barrera con la mirada perdida, y posteriormente apenas pudo contener las lágrimas en el garaje. Al otro lado, en una temporada de contrastes para la fábrica que marca el paso en MotoGP, Marc Márquez celebró por todo lo alto la undécima victoria de su brillante campaña. Un lustro después, y sacrificio, la novena corona que lleva persiguiendo desde su durísima caída en el GP de España de 2020, la que cambió para siempre su historia.
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
Source: elpais.com