Carlos Sainz logra el podio de su vida

En la Fórmula 1, al igual que ocurre en muchas otras disciplinas, los resultados tienen más o menos mérito en función de lo previsibles que sean. Precisamente por eso hay que rendirse , donde clavó una carrera perfecta para llevarse su primer podio enfundado en el mono de Williams, que volvió a ver como uno de sus pilotos descorchaba el champán cuatro años después de la última vez. En una prueba dominada con una autoridad absoluta por parte de Max Verstappen, Sainz se quitó de encima el mal fario que parecía perseguirlo desde que comenzó a competir subido al coche de la escudería de Grove (Gran Bretaña), inmersa en un profundo proceso de refundación, mucho más exigente que reconfortante, salvo en jornadas como esta última en Bakú. después de maximizar el potencial de su coche en la cronometrada más accidentada de la historia del certamen –seis banderas rojas–, el español perdió una posición que fue a parar George Russell gracias a la estrategia de Mercedes, que identificó una ventana prácticamente inexistente para adelantar al madrileño en los talleres. Fernado Alonso, por su parte, fue sancionado por adelantarse en el momento de la salida –reaccionó al movimiento de Oscar Piastri, que también se anticipó, en vez de al semáforo– y cruzó la meta el 15º.

A sus 31 años, el hijo del bicampeón del mundo de rallies (1990 y 1992) es como su padre en según qué aspectos de su carácter. No pierde los nervios con facilidad y tampoco es fácil verle emocionarse, por eso hay que poner en valor el estallido de este domingo. Hasta ahora, el chico había ganado carreras (cuatro, todas con Ferrari) y celebrado podios (28), pero probablemente ninguna de las hazañas anteriores tuvo el valor terapéutico de esta última. “Ayer [por el sábado] dijeron que el podio era probablemente pedir demasiado. Pero soñar es gratis, y algunos sueños se acaban cumpliendo”, añadió Sainz, incapaz de entender cómo podía haberse adaptado tan bien a su nueva casa, y cómo podía salir todo tan mal. “Cada día me pasaba algo, y eso ha sido muy duro a nivel mental. Este deporte va de rachas, y seguramente eso tenía que pasar para poder disfrutar de un resultado como este. No confiaba mucho en firmarlo este año, pero si ha llegado, a saber lo que puede venir en el futuro”, remachó el muchacho, quien, ironías del destino, finalmente se subió al cajón con Williams antes que Lewis Hamilton, subido al que era su Ferrari hasta el año pasado.

Uno empieza a pensar que el Mundial de Fórmula 1 no quiere ganarle nadie. Mejor dicho, , que en Azerbaiyán encontró un pasadizo entre los muros que abrazan el circuito de Bakú para adjudicarse la cuarta victoria del curso y la segunda consecutiva. Entre este triunfo y el de hace dos semanas, en Monza, el actual campeón les ha dado un buen mordisco a Oscar Piastri y a Lando Norris, además de meterles el miedo en cuerpo. En los dos últimos grandes premios, el holandés les ha recortado 35 puntos (Piastro) y 24 puntos (Norris) a los dos que, con los datos en la mano, deberían jugarse el título de pilotos. Sin embargo, nadie está a salvo en un intercambio de golpes con ‘Mad Max’, y menos ahora que Red Bull puede haber encontrado el equilibrio del RB21. Ya no tanto por las exhibiciones de Verstappen como por una eventual recuperación de Yuki Tsunoda, su compañero en el taller de la marca energética, que firmó una sexta plaza que invita a la esperanza.

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