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Miércoles, 24 de septiembre 2025, 10:55
«En pausa». Con esas dos palabras definen fuentes de la negociación la situación actual de la fusión entre Indra y Escribano (EM&E). Un … movimiento anhelado por la cotizada española desde 2021 y que a mediados de este año tomó velocidad de crucero por los planes de defensa y rearme europeos y los ecos de la guerra en el Viejo Continente. La viabilidad de la operación está bajo escrutinio legal por parte de Indra, pero eso no es óbice para que las dos firmas involucradas tomen posiciones para un otoño que traerá el fin —exitoso o no— de esta operación.
Con este movimiento, la compañía con sede en Alcalá de Henares (Madrid) refuerza la supervisión de la operación con la división de inversiones de la entidad de Ana Botín. Esta se suma a JP Morgan, que desde hace meses trabaja en la asesoría financiera. En el ámbito fiscal y legal, la compañía cuenta con los servicios del despacho Linklaters. Por su parte, Indra ha contratado a PwC, así como a AZ Capital, Morgan Stanley y Renaissance, según fuentes conocedoras de la operación.
Sin embargo, todos estos movimientos están supeditados a las conclusiones de la comisión específica formada por tres consejeros independientes de Indra: Belén Amatriain, Eva María Fernández y Oriol Piña. Estos tres directivos son los encargados de velar por el cumplimiento de las normas aplicables a la correcta gestión del posible conflicto de intereses por la adquisición de la empresa familiar del presidente ejecutivo de Indra. «Es evidente, soy el primero que dije el primer día que había un conflicto de interés», admitió José Vicente de los Mozos, CEO de Indra, en la presentación de resultados de la compañía el pasado mes de julio. «Esto no impide que pueda salir adelante una operación, solo hay que tratarla de forma profesional», añadió. Ese es el cometido de la comisión —aprobada por unanimidad por el consejo de la cotizada— que trabaja de forma independiente «y de la que no hay noticias ni plazos».
Con la salida de estos independientes, Indra cerrará la renovación de la práctica totalidad del consejo, prevista para este año. Cada voto es fundamental para dar luz verde a la operación, y la dupla Escribano–De los Mozos ya cuenta con una amplia mayoría en la cúpula directiva de la cotizada. La posible salida de Amatriain dejaría como única oposición a la operación la de Sapa, de Jokin Aperribay. Para ejecutar el plan de compras —«tenemos hasta 20 empresas en el radar», ha repetido en más de una ocasión De los Mozos—, Escribano necesita apoyos clave en el consejo que respalden las operaciones y eviten bloqueos internos.
EM&E fue adjudicataria de 22 contratos por valor de 726 millones de euros entre 2022 y 2024 y se convirtió en uno de los principales clientes de la cartera de Defensa. Así, el interés, según fuentes del sector, por esta firma viene de lejos. En 2021, con Fernando Abril-Martorell al frente de Indra, ya se planteó esta operación. Sin embargo, los Escribano —tras la salida del fondo soberano de Omán— recompraron ese paquete accionarial, dejando fuera a Indra.
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Ahora la operación —de la que aún queda por determinar cómo se llevará a cabo y si supondrá o no un desembolso de dinero— está pendiente de su encaje legal y de cómo quedará el reparto accionarial de Indra. Según El Economista, los Escribano reducirán su posición en Indra con el objetivo de no rebasar en ningún momento la participación que mantiene actualmente la Sepi, situada en el 28%, aunque su porcentaje disminuiría tras la operación.
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Source: www.hoy.es