Lass Diarra, el futbolista que cambió el régimen de traspasos de la FIFA: “Infantino debería darme explicaciones. ¿No tienen vergüenza?”

Un año después del dictamen, la organización que rige el fútbol mundial todavía da largas a “BZ”, nombre en clave administrativa del futbolista Lassana Diarra (París, 40 años), que no ha permanecido de brazos cruzados. Armado de la sentencia del TJUE, eso que en la industria ya se conoce como sentencia de euros de indemnización por daños y perjuicios. Hace una semana entró por la puerta de un gran hotel del Paseo de la Castellana, se sentó como si estuviera en su casa y pidió un expreso antes de explicar lo que espera de su nueva ofensiva, aunque prefirió no ser retratado por este diario.

P. ¿Quién lo condenó a pagar 11 millones de euros al Lokomotiv, y quién le impuso 16 meses de suspensión?

R. Cuando un jugador tiene un conflicto, primero el club se dirige a la Cámara de Resolución de Disputas de FIFA, y en segunda instancia al Tribunal Arbitral del Deporte. Pero el TAD está co-financiado por la FIFA. Ellos me impusieron una multa de 11 millones y me condenaron de hecho a permanecer 16 meses sin club. Pero, a priori nunca me informaron del tiempo que estaría sin jugar. Era como estar en prisión sin saber la pena. Esperé 16 meses y un día. Le he preguntado a la FIFA cuándo, en toda la historia, hicieron vivir 16 meses sin club a un jugador y después, además, le impusieron una multa de 11 millones.

P. ¿Cómo lo contrató el Marsella?

R. Me hicieron firmar un papel en el que decía que, si el Lokomotiv reclamaba 20 o 15 millones, yo me hacía responsable. A mí, todos me trataron como si fuera un delincuente. La FIFA sabía la verdad, pero no quería decirla.

P. ¿En qué momento comenzó a pagar las consecuencias de haber vivido 16 meses sin club?

R. El primer año en el Marsella jugué 49 partidos, y a mitad de temporada empecé a tener problemas en una rodilla. Pero como el Marsella estaba en dificultades, había Europa League entre semana y una final de la Copa contra el PSG, y el entrenador me decía que por favor intentara aguantar… justo antes de la Eurocopa, el 30 de mayo, me lesioné. Y todo porque después de 16 meses sin jugar, el cuerpo no soporta hacer 49 partidos a tope en un año. Imposible. Me faltaba energía, pero no podía descansar porque la plantilla era muy joven. Eso crea desequilibrios en tu cuerpo. Primero una inflamación en una rodilla, después en la otra, luego una lesión en la espalda… Lo ideal el primer año habría sido jugar 20, 30 partidos. Pero no paré de jugar ni de ir a declarar ante el TAD.

P. Después de aquello, intentó fichar por el Charleroi belga, pero la FIFA le negó el transfer por considerar que tenía deudas con el Lokomotiv. Fue a la justicia ordinaria y el Tribunal de Mons (Bélgica) le dio la razón y condenó a la FIFA y a la federación belga a pagarle una indemnización provisional. La FIFA recurrió y el Tribunal de Apelación indicó que las leyes de la FIFA van contra las normas fundamentales de la UE. El TJUE lo ratificó y en diciembre del año pasado la FIFA modificó el reglamento de transferencia de jugadores. ¿A usted la FIFA no le llamó? ¿No le han pagado nada?

P. ¿Cómo fue su infancia?

R. Mi madre era limpiadora, y mi padre, obrero, trabajaba con máquinas en la calle. Me dieron valores. Éramos siete hermanos. La casa era pequeña, pero yo era muy feliz. Tengo salud, tengo hijos, no hay nada realmente grave en mi vida. Mira Gaza, mira Ucrania… He tenido la suerte de que Dios me dio la profesión que quise hacer. Por eso relativizo. He ganado mucho dinero, pero ¿cuál es el mensaje que quiero trasladar? ¿Qué le digo a mis hijos? ‘Papá, el fútbol… ¿es eso? ¿Por qué te suspendieron?’ Esa no es la imagen que yo quiero dejar. Yo he cometido errores, pero mi vida no ha sido la más fácil. Me fui de casa con 11 años. La primera vez que mis padres me vieron jugar fue en la televisión, cuando jugaba en la Ligue 1. No tenían dinero para venir al estadio. Había que pagar la casa, la comida… Es la vida de un montón de niños como yo.

P. ¿Como jugador le preocupaba la idea de justicia?

R. La vida que he elegido no es justa. Sé, de hecho, que cuando quieres ser futbolista, debes saber que la vida de un futbolista es así. ¡Claro que muchos de nosotros cometemos errores! Yo lo hice todo solo. Florentino Pérez puede dar fe. Cuando me fui de Madrid fui yo quien habló con Florentino. Yo negocié solo. Tenía representante. ¡Pero yo era mejor que mi representante!

P. Hay futbolistas que se contentan con conservar una cuota de riqueza y fama a cambio de no enfrentarse a las autoridades para reclamar derechos legítimos. ¿Por qué no hizo como ellos?

R. El 90% de las personas son así. Pero el mundo de 2025 es Instagram, es estar en el estadio, estar con presidentes… Incluso si te aplastan. No importa. Yo prefiero estar con la gente que quiero porque un día vamos a morir. Cuando no tienes miedo, no necesitas que hagan piña a tu alrededor. No mucha gente está preparada para quedarse sola. La gente te repite que cuando dejas el fútbol es la muerte. ¿La muerte de qué? ¿Sabes qué es la muerte? Venid conmigo a donde crecí de pequeño: eso es la muerte. Yo he cumplido mi sueño. Y no estoy salvando a nadie. Mi madre y mi padre tenían mucha, mucha más fuerza que yo. ¿Que jugué en el mejor equipo del mundo? Vale, ¿y qué?

La sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que dio la razón a Diarra hace un año y declaró que el Estatuto de Transferencia de Jugadores atentaba contra los principios de libertad de competencia y la libre circulación de trabajadores, forzó a la FIFA a abrir un debate para reformar la normativa. A partir de ahora, las indemnizaciones por rescisión unilateral de los contratos se determinarán en virtud de criterios objetivos, según la FIFA. El debate está abierto. María José López, directora del área institucional y jurídica del sindicato de referencia en España, la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), observa que “las cláusulas deben calcularse en virtud de la duración del contrato, la edad del futbolista, la remuneración, las fechas de la ventana de mercado en la que se produce la rescisión…”. 

“En España, de momento, nos regimos por el Real Decreto 1.006 de 1985 que regula la relación laboral especial de los deportistas profesionales”, señala la abogada de AFE. “Y hemos insistido al Ministerio de Trabajo que había que cambiarlo porque hay situaciones de vulnerabilidad de deportistas por estas cláusulas penalizantes por rescisión de contrato. El Artículo 16 dice que si el jugador se quiere ir tendrá que pagar la indemnización si no hay pacto. Lo que ocurre es que esos pactos en muchos casos son leoninos”. 

“Hemos tenido un juicio con el Rayo Vallecano, que hacía contratos a jugadores de la Segunda B que cobraban 400 euros al mes y tenían cláusulas de 25 y 50 millones”, observa la abogada. “En ese proceso nosotros hemos planteado la sentencia Diarra para saber si estas cláusulas van contra los Artículos 45 y 101 del Tratado de Funcionamiento de la UE. Los clubes argumentan que ellos tienen derecho a meter cláusulas indemnizatorias en los contratos con jóvenes porque así compensan los gastos de formación. ¿Pero, qué formación? ¿Le ha costado a usted 50 millones formar a un jugador que tiene 17 años?”.

“Los futbolistas no judicializan esto nunca de manera individual porque tienen miedo”, concluye María José López. “A los jugadores que van a la justicia ordinaria el mercado del fútbol los estigmatiza. Y esto lo permite el Artículo 16 del Real Decreto 1006. Pero si cambiamos el 16 y ponemos una serie de elementos de objetivización, ayudaríamos a esas personas que están en situación de indefensión respecto a un club y un mercado muy sectorial. Un deportista no tiene margen de maniobra: son 20 empresas. Y o juegas o juegas. Hay que protegerlos”.

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