El Real Madrid contra el Kairat Almaty, el equipo del oligarca que llevó los McDonald’s a Kazajistán

El actual seleccionador de Bielorrusia, Carlos Alós, recuerda cuando en enero de 2018 el presidente del Kairat Almaty le pidió que participara en la inauguración de un McDonald’s que iba a abrir en la ciudad kazaja. “Hay fotos en las que aparezco con [la estrella rusa] Andrey Arshavin sirviendo hamburguesas para promocionar el local”, comenta el técnico al otro lado del teléfono. Aquel club regido por Kairat (casualidad, como el equipo) Boranbayev, un oligarca de 59 años con negocios en varios sectores y una trayectoria de poder que también incluye una condena por corrupción ha crecido tanto que este martes recibe al Madrid en la Champions (18.45, Movistar). El avión de los blancos se posó en la medianoche local del domingo en Almaty, a los pies de la montaña de Shymbulak, cerca de la frontera china, en la capital económica, demográfica y cultural de este enorme país de Asia Central. Nunca el equipo había viajado tan lejos para disputar un encuentro de competiciones europeas: 6.200 kilómetros.

A post shared by Carlos Alós Ferrer (@carlosalosferrer)

“Es un club atípico en Kazajistán porque no se financia con dinero público, como el resto, sino con la inversión del presidente, que tiene devoción por él”, asegura Alós, que estuvo allí entre julio de 2017 y octubre de 2018. “Eso le da más libertad en la gestión y un aire más europeo. Ha apostado mucho por la cantera, los mejores jóvenes nacionales quieren ir allí y ese modelo les ha permitido superar al Astaná, que tiene una mayor financiación del país. Es el que más jugadores aporta a la selección”, valora el catalán, que trabó una relación cercana con el presidente.

El gran ascenso de la entidad culminó este verano con su primera clasificación para la Champions tras eliminar al Olimpia Ljubljana, Kups de Finlandia, Slovan Bratislava y Celtic Glasgow, con una joven plantilla de mayoría kazaja, y cuyo principal atractivo es el delantero Dastan Satpaev (17 años), uno de esos jóvenes que ya ha sido vendido para el próximo curso al Chelsea por cuatro millones, récord nacional. “Analicé a en el Leverkusen y he tratado de implementar algunas cosas. Sus equipos tienen esa forma de atacar en la que controlan mucho el balón”, confesó este lunes su entrenador, Rafael Urazbakhtin (46 años), que nunca ha dirigido fuera de Kazajistán.

En Almaty vive el 80% de la escasa colonia española en Kazajistán (unas 130 personas): empleados de Airbus, Talgo, profesores, pilotos, religiosos del Opus Dei, un obispo y, en breve, Roca abrirá una fábrica animada por la elevada natalidad. Y a unos 40 minutos en coche, el Atlético tiene una academia-residencia con 150 niños, para la que desplazó a cinco empleados. “La idea es tener una base en Asia Central que nos ayude también a internacionalizar la marca”, explica Emilio Gutiérrez, el director de Expansión Internacional del club, que compara Almaty con una “especie de Suiza”, por la cercanía de las montañas.

Estos días, además del Madrid, se da la curiosa coincidencia de tres artistas españoles (Jaume Plensa, Juan Saliquet y Hugo Fontela) exhibiendo en la ciudad, la más pujante de un país rico en petróleo, cuya vecindad con Rusia y China le obliga a un juego de equilibrios. Kazajistán se presenta como uno de los más abiertos de la zona, aunque sin llegar a la libertad de Occidente. En enero de 2022, hubo unos 300 muertos durante unas protestas en las calles por el aumento de precios. Fue conocido como el “enero sangriento”.

En este final de septiembre, la revolución es pacífica y tiene que ver con la visita de los blancos a Almaty, donde las McDonald’s que controlaba el presidente del Kairat debieron cambiar de nombre porque la multinacional prohibió a los franquiciados comprar carne a Rusia.

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.