Claves sobre el escándalo de la sanidad de Andalucía en los cribados contra el cáncer que golpea a 2.000 mujeres

Preguntas y respuestas sobre los masivos retrasos en los diagnósticos de tumores de mama

La sanidad andaluza acumula sobresaltos y es el flanco débil del presidente Juan Manuel Moreno (PP), que ha sufrido varias protestas multitudinarias por un deterioro palpable de la atención médica en centros de salud y hospitales públicos. Esta semana la desesperación de pacientes de la sanidad se ha elevado a rabia, alarma, pánico e incredulidad, padecidas por medio millón de mujeres que se someten cada año al cribado del cáncer de mama. Unas 2.000 de ellas han sufrido los retrasos en los diagnósticos y desde este jueves están siendo llamadas para revisar sus casos con lupa. Aquí, preguntas y respuestas sobre lo ocurrido.

Cuando la sanidad andaluza realiza cada año 480.000 mamografías a las mujeres entre los 49 y 71 años, el diagnóstico es positivo, negativo o dudoso. Estas últimas requieren nuevas pruebas para que los radiólogos se cercioren de que las imágenes con atisbos de cáncer de mama no han sufrido una evaluación peligrosa. Pero esos avisos para notificarles el periodo de espera, con la angustia que implica, no eran a veces comunicados a las mujeres por parte de ciertos hospitales andaluces.

El resultado: unas 2.000 mujeres con lesiones en su mayoría benignas (el 98%, según la Junta), pero que a veces han derivado en la aparición de un cáncer, mastectomías y tratamientos para atajarlo, no han recibido avisos previos por parte de la Administración. Algunas pacientes descubrieron tarde que el cáncer había avanzado etapas mientras ellas pensaban que la evolución era buena.

Para atajar la crisis, la Junta empezó este jueves a llamar una a una a las 2.000 afectadas para revisar sus casos dudosos, hacer pruebas diagnósticas cuanto antes y poder tratar aquellos casos que lo requieran. Muchas de las mujeres están en sus casas y ni siquiera saben que sus resultados fueron dudosos. Al salir de las pruebas, las enfermeras les decían que las llamarían si algo iba mal. Y nadie las llamó. Ese silencio ha durado 6 meses, 10 o hasta dos años, según denuncian las pacientes. Algunas notaron bultos en el pecho y alarmadas acudieron a sus médicos de cabecera, que al ver sus expedientes en el sistema interno, las alertaron para que se movilizaran, ante la sorpresa de ellas.

Otra duda fundamental es saber si los fallos al comunicar la información de casos dudosos atañe a otros tipos de cáncer. La oposición ha reclamado a la Consejería de Salud y Consumo si los diagnósticos de otras dolencias como el cáncer de colon también han sufrido retrasos. La Junta, sobre esto, no se ha pronunciado por el momento.

En paralelo, la Junta afronta una posible demanda colectiva por parte de las mujeres víctimas de los retrasos o decenas de demandas que buscarán en los juzgados resarcir el sufrimiento provocado por la aparición de cánceres que podían haber sido evitados con solo una llamada y una prueba a tiempo. El agujero económico que suponga a las arcas públicas será grave, pero nada comparado con el daño infligido a las víctimas de esta negligencia administrativa con dramáticas consecuencias para algunas mujeres.

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