Hasta aquí llegó Djokovic, inclinado por el inimaginable Vacherot

El monesgasco, 204º del mundo, vence por 6-3 y 6-4 al serbio, de nuevo tocado. Es el finalista de un M-1000 con peor ‘ranking’ y se enfrentará a su primo Rinderknech

Sufrimiento continuo el de Djokovic, que empezó la competición con dolores en una pierna y la termina castigado por los cuatro costados, atendido también de unas punzadas en la cadera y con cintas protectoras en la región escapular. Tapes también en la cara interior y posterior de del muslo izquierdo, y una indudable conclusión visto lo visto: esto se le hará cada vez más y más largo. Loables la predisposición, la rebeldía y el esfuerzo de siempre, ese espíritu inquebrantable y único desde el punto competitivo; pero, al mismo tiempo, los hechos transmiten que sus opciones van reduciéndose y que el horizonte se estrecha.

“Ha sido un placer jugar contra ti. No te retires, Novak”, le dedica el monegasco, un chico de 26 años y asiduo a los challengers que procedía de la fase previa. Venía también de una lesión puñetera y del anonimato. Pero, suceda lo que suceda en el desenlace de este domingo contra Arthur Rinderknech (10.30, Movistar+), podrá decir que ha batido al mejor de todos los tiempos. Quizá no haya mayor recompensa: “Visualicé que podía hacerlo bien aquí, pero quizá no tanto. Me pellizco, ¿esto es real?”. Lo es. “No pude jugar contra Federer ni Nadal, así que hacerlo contra él es increíble”, dice Vacherot, que el lunes ingresará en el top-100, con un ascenso extraordinario —del puesto 204 al 58, a expensas de que pueda ser mayor si gana— y un registro para guardar.

Hasta ahora, el ruso Andrey Pavel era el tenista con peor ranking (191º del mundo en París-Bercy 2003) en la final de un Masters 1000, categoría creada en 1990. Ahora lo es él, quien, cosas del destino, en su gran día visualizará al otro lado de la red a su primo, superior a Medvedev (4-6, 6-2 y 6-4, en 2h 29m). “Allez, Arthur”, estampa en la lente antes de que se conozca el resultado del segundo duelo y de que Djokovic resuelva de manera fugaz su encuentro con los periodistas, previa felicitación al sorprendente ganador. “Tiene una actitud muy buena y ha jugado muy bien. Le deseo lo mejor”, contesta Nole. “¿Puede hablarnos de su estado físico?”. “No, siguiente pregunta, por favor”. Y ahí termina todo.

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