Los de Simeone firman un buen partido ante un rival competitivo que no empató al final por una gran parada del meta esloveno
Sacó de centro Osasuna y Catena retuvo el balón bajo la suela de su bota durante 15 segundos para darle continuidad a la protesta del colectivo de futbolistas ante lo que consideran falta de información detallada por parte de LaLiga sobre el partido a disputar en Miami entre el Villarreal y el Barcelona el próximo 20 de diciembre. El parón contrastó con el trepidante arranque con el que el Atlético hizo acto de presencia. Con un once al que regresaba Giménez, ausente desde el Mundial de Clubes, Nico González mutaba a carrilero zurdo en defensa y Baena recuperaba la titularidad tras la apendicitis de la que fue intervenido tras el primer partido de Liga ante el Espanyol. Un equipo bonito de ver por la capacidad de Baena, Barrios, Julián Alvarez y Griezmann para jugar por dentro y la amplitud y profundidad de Llorente y Nico González. Todo con Koke al timón. La sexta marcha le dio al Atlético para acogotar a Osasuna, al que Julián Alvarez descubrió con el periscopio sendos boquetes entre sus centrales para citar primero a Griezmann y después a Baena con Sergio Herrera. El francés quiso adornarse con una cuchara que no cuajó, aunque el asistente ya había levantado la bandera. Baena fue más práctico y superó al meta mirandés con un toque suave y cruzado. El VAR llamó al árbitro para la revisión y éste interpretó que Griezmann, en posición adelantada, intervino en la jugada al chocar con Boyomo e impedir que fuera al corte del pase. Simeone y sus futbolistas protestaron airadamente la decisión al considerar que Boyomo no hubiera tenido posibilidad de impedir que la pelota le llegara a Baena.
No bajó de revoluciones el Atlético, pero Osasuna las incrementó, con el veloz Víctor Muñoz prendiendo la mecha de sus ataques. El técnico de Osasuna, el atrevido Alessio Lisci, ha tratado de inculcar el gusto por el fútbol vertical a pocos toques que implantó con el Mirandés y con el que rozó el ascenso. La crecida de Osasuna dio paso a un intercambio de golpes. Víctor Muñoz amenazó con una conducción ligada a un disparo que asustó a Oblak y el meta esloveno tuvo que meter la manopla en una jugada de estrategia que propició un remate en el segundo palo de Torró. En la otra área, Herrera tapaba un remate a bocajarro de Griezmann tras una fina y velozn combinación entre Nico González, Julián Alvarez y Barrios. De ese partido pendular terminó más cuajado Osasuna, con Torró, Moncayola y Moi Gómez candando los intentos del Atlético de romper por el medio. Un golpe en la cabeza de Nico González en una disputa aérea obligó a aplicar el protocolo cuando el argentino se sintió mareado. Giuliano, el sacrificado en el once, entró para recomponer el dibujo con Hancko en el costado izquierdo. El hijo del técnico con un par de arrancadas ya dejó señales de que podía ser trascendente para abrir un partido que llegó al descanso sin goles.
Siguió mandón el Atlético, pero percutía menos e inquietaba menos a Herrera. El equipo de Lisci intentó un arreón final y pudo alcanzar el empate de no emerger el esperado rol de Oblak de portero milagrero. El esloveno sacó un remate de Budimir, sin marca y con mucha portería sin tapar para marcar. Una parada que reflota a un portero que ha encajado más goles de los habituales y en alguno de ellos pudo hacer más. Una buena noticia para un equipo que el martes tiene un compromiso de altura con su visita al Arsenal. Un duelo para confirmar que el derbi y el partido ante el Eintracht le han marcado el camino de a qué jugar.
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Source: elpais.com
