El central, muy errático en el torneo de Estados Unidos, coge aire en este tramo del curso por las lesiones en defensa
En el estreno con el Al-Hilal, un penalti suyo supuso el 1-1 final, y el nuevo técnico no se ahorró la reprimenda: “Fue evitable”. En el segundo compromiso, ante el Pachuca, la cosa le salió todavía peor: roja en el minuto siete y doble aviso. “Son dos partidos y dos veces un poco el mismo error. Pueden ser muy ligeros [los agarrones], pero tenemos que ser más inteligentes y no cometer ese fallo”, le dedicó Thibaut Courtois. El entrenador aseguró que esa acción había anulado todo el plan de partido y que tenía que hablar con el defensa. Y en la siguiente titularidad, en semifinales frente al PSG, otro desliz originó el primer tanto francés nada más empezar. El único consuelo para él fue que su equivocación acabó diluida en el desastre general blanco (4-0).
Lo cierto es que, en agosto, en la vuelta a la actividad, Asencio cayó al fondo de la rotación en el centro de la zaga. En los tres primeros partidos (Osasuna, Oviedo y Mallorca), cero minutos. No le ayudó tampoco que Militão hubiera acumulado entrenamientos y buenas sensaciones, y el plácido aterrizaje de Huijsen. El canterano solo se encontraba por delante del castigado David Alaba. Quizá esa siga siendo su posición de partida con todos sanos, pero las lesiones de Rüdiger, Huijsen más los dos laterales (Carvajal y Trent Alexander-Arnold) le han concedido una segunda oportunidad a ojos de Xabi. A medio plazo, la conveniencia de dosificar a Militão tras sus largas lesiones también reman a su favor. Este domingo, en Getafe (21.00, Movistar), podría tener otra ventana, ya sea por la derecha o en el eje.
Carlo Ancelotti, que tampoco se entregó a Asencio desde el primer minuto -prefirió antes a Tchouameni como central-, agradeció su personalidad para saltar del Castilla al primer equipo obligado por las lesiones, pero le alertó de que debía controlar su impulsividad y agresividad teniendo en cuenta las zonas sensibles que pisa un central. Una observación que no se aleja mucho de la visión de Alonso, cuando le pide eficacia a la hora de hacer valer su poder de anticipación.
En paralelo a su evolución en el campo, ha seguido transcurriendo el caso judicial en el que la Fiscalía pide para él dos años, seis meses y un día de cárcel por la difusión no consentida de vídeos de contenido sexual que afectan a una menor y otra joven. Al central se le acusa de dos delitos contra la intimidad. Las dos víctimas han retirado las acusaciones contra él, pero, de momento, el ministerio fiscal no ha movido ficha, y la apertura del juicio oral contra el canario y otros tres futbolistas continúa adelante, informa Guillermo Vega.
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Source: elpais.com
