Solo seis Estados de la ONU, España entre ellos, tienen leyes integrales para la protección de los estudiantes, detalla ILGA Mundo
Solo uno de cada cinco países del mundo cuenta con leyes específicas de protección para los estudiantes LGTBIQ+, denuncia ILGA Mundo. Además, según los datos de la federación mundial, exclusivamente seis miembros de la ONU (donde se incluyen 193 países) tienen desarrolladas normas de protección integral ante el acoso por estas cuatro categorías: orientación sexual, identidad de género, expresión de género y características sexuales. España es uno de ellos, al igual que Portugal, Grecia, Países Bajos, Finlandia y Andorra.
Marcos Crespo, estudiante gay de Bachillerato de 17 años, sufrió acoso durante su etapa de Secundaria en su centro educativo en Madrid debido a su orientación sexual. “Sentía miedo, humillación y también decepción. Mis acosadores eran gente con la que había compartido muchos años de mi vida y no podía entender por qué se comportaban así conmigo”, explica. Le insultaban, le empujaban, se mofaban de él: “Me machacaban y no sabía cómo pedir ayuda”.
El acoso escolar, además de perjudicar la salud mental de las víctimas, reduce sus perspectivas académicas y laborales, remarca el informe de ILGA Mundo, que acoge a más de 2.100 organizaciones en defensa de derechos del colectivo de más de 170 países y territorios.
“Sus secuelas aumentan los costes sanitarios y de asistencia social. La inacción de los Estados es perjudicial para las personas LGTBI+ y para la sociedad en su conjunto”, añaden. Crespo acabó compartiendo su caso con un grupo de amigas que le ayudaron a comunicarlo al centro y después a su familia. “Les agradezco mucho que tomaran cartas en el asunto”, destaca el joven.
“El acoso escolar es una forma muy particular de violencia que no solo tiene a las personas jóvenes como principales víctimas, sino también como principales autores”, detalla Curro Peña Díaz, consultor de investigación de la federación internacional LGTBI+. “De ahí que, con frecuencia, se recurra a enfoques pedagógicos para educar a las personas acosadoras y darles alguna reparación a las víctimas dentro del sistema escolar, en lugar de recurrir a sanciones penales”, continúa.
Los datos publicados por ILGA Mundo detallan que, aunque no tienen una normativa integral con respecto al bullying hacia estudiantes LGTBIQ+, otros 40 Estados miembros de la ONU han adoptado algún tipo de legislación contra el acoso basado en, al menos, alguno de los siguientes motivos: orientación sexual (38); identidad de género (30); expresión de género (13) y características sexuales (14). “Aun así, solo representan una quinta parte del mundo”, advierten, “y en un entorno global, donde las fuerzas reaccionarias han convertido la educación en un campo de batalla”.
La internacional reaccionaria, de Argentina a EE UU, pasando por Georgia o España, tienen el foco puesto en lo que denominan “adoctrinamiento” de la infancia y buscan eliminar cualquier tipo de mención a la realidad LGTBIQ+ bien sea prohibiendo libros, charlas en los centros educativos o eliminando normativas específicas de protección. “Que educar en la igualdad, en los derechos humanos y en los valores constitucionales se presente como ‘adoctrinar’ me parece gravísimo”, lamenta el escritor Nando López.
Antes de dedicarse a la escritura, López ejerció como docente en un instituto de secundaria. Entre sus novelas hay muchas protagonizadas por jóvenes ―una de las últimas es Teníamos 15 años (Loqueleo) y este mes publica Pequeña historia de la literatura española (Planeta)― por lo que acude regularmente a centros educativos a impartir charlas.
“Con el avance de la ultraderecha y su llegada a las instituciones, en estos últimos cinco años se nota cómo ha calado su discurso de odio y se ponen en duda cuestiones que ya parecían asentadas, como el respeto a la diversidad”, ahonda el autor para a continuación poner como ejemplo algunos intentos de vetar sus intervenciones. “Por suerte, también se ve una mayor movilización por parte tanto de docentes como del alumnado más comprometido, que no deja de poner en marcha iniciativas a favor de la igualdad y la visibilidad”, agrega.
Desde ILGA Mundo animan a más Estados a desarrollar legislación que proteja a los estudiantes LGTBIQ+. “La mayoría de la ciudadanía quiere que les jóvenes avancen con seguridad a través de una educación que les garantice un futuro, pero para muchas personas, el acoso escolar se convierte en un gran obstáculo en el camino”, incide Gurchaten Sandhu, director de programas de la organización. “Cuando los gobiernos se niegan a tomar medidas, no eliminan esos obstáculos”, concluye.
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Source: elpais.com
