El candidato demócrata, de 34 años, derrota a Cuomo con el 50,4% de los votos y tras una fulgurante campaña que lo llevará a ser el primer regidor musulmán de la ciudad y el de menor edad en un siglo
Su triunfo cuenta con pocos precedentes en una urbe que ha elegido a 110 alcaldes antes que a él —solo un puñado de ellos, inmigrantes— y en la que casi nadie lo conocía hace solo un año. Entonces, era un miembro cualquiera de la Asamblea estatal de Albany. Desde ese discreto lugar, Mamdani viajó a toda velocidad rumbo a la fama global a lomos de un programa de izquierdas —sensato o populista, según se mire— basado en una apuesta por la asequibilidad que se confirmó este martes como irresistible para esos vecinos a los que cada día empuja un poco a poco más allá de sus límites la ciudad más poblada del país (8,8 millones de habitantes), que resulta ser también una de las más caras del mundo.
Esas sencillas ideas, que repitió en el discurso posterior a conocerse su victoria en un teatro de Brooklyn y ante una multitud que las coreó entusiasmada, le hicieron ganar con contundencia y por sorpresa en las primarias demócratas de junio. También dominaron este martes en una elección con participación récord de dos millones de personas —nunca vista desde 1969— en el favor de los votantes y frente a las objeciones de sus adversarios.
Estos, con el presidente Donald Trump a la cabeza, trataron de hacerlo pasar por un antisemita irredento (por su defensa de Palestina y su denuncia del “genocidio” en Gaza) y por un apologeta del terrorismo islamista. Y, sobre todo, lo presentaron como un comunista peligroso, listo para llevar a la bancarrota a la ciudad y devolverla a sus peores pesadillas, a los años del plomo de la criminalidad desbocada de hace décadas.
Será a partir del 1 de enero, día en el que el nuevo alcalde jurará el cargo, cuando se podrá comprobar si esos temores sobre Mamdani son fundados o tan solo los fantasmas que agitó el poder establecido de la ciudad —de los grandes empresarios a los rentistas, y de los tiburones de Wall Street a los activistas proIsrael y los mandarines culturales— para parar los pies a un candidato que se demostró imparable, sobre todo, aunque no solo, entre los jóvenes.
“Soy musulmán. Soy socialista democrático. Y me niego a pedir disculpas por ello”, proclamó en su discurso, en el que desafió directamente al presidente de Estados Unidos. “Sé que me está viendo. Solo tengo tres palabras para usted: ¡suba el volumen [del televisor]!”. “Nueva York seguirá siendo una ciudad de inmigrantes, construida por inmigrantes e impulsada por inmigrantes. Y, a partir de esta noche, liderada por un inmigrante”.
Nacido en Kampala (Uganda) en 1991 e hijo de intelectuales —la cineasta india Mira Nair y el académico de Columbia Mahmoud Mamdani—, el nuevo alcalde de Nueva York encarna también la consagración de la alternativa, más a la izquierda que el Partido Demócrata, de los Socialistas Democráticos de Estados Unidos (DSA son sus siglas en inglés). Se trata de una formación resurgida contra la desigualdad y el capitalismo sin freno y de la decepción por la derrota de Hillary Clinton frente a Donald Trump en 2016. También, al calor del ejemplo de la campaña presidencial del senador por Vermont Bernie Sanders.
Lo que el ejemplo del alcalde electo de Nueva York parece confirmar es que ya no es posible, si alguna vez lo fue, ganar unas elecciones de alto voltaje en Estados Unidos dentro de los confines estrictos de los partidos tradicionales. Y que en la era de las redes sociales solo quien maneje diferentes tonos del populismo, de izquierdas o de derechas, será quien tenga opciones en las urnas.
En eso, Mamdani se parece a Trump, con quien el candidato socialista no ha tenido miedo de compararse: suele insistir en que lo que le llevó a él a aspirar a la alcadía de Nueva York—con su pasado de rapero sin demasiada suerte, cuyo nombre artístico, Sr. Cardamomo, también era un guiño a su identidad— fue lo mismo que hizo que el republicano regresara a la Casa Blanca hace un año: la certeza de que el costo de la vida se había hecho insoportable para los estadounidenses.
Mamdani empezó y terminó la jornada en la que se convirtió en alcalde prometiendo que plantará cara a Trump. Por la mañana, lo hizo al principio de un esplendoroso día de otoño en Nueva York en un parque público de Queens, tras votar junto a su esposa, la ilustradora Rama Duwaji, en un colegio electoral de su barrio, Astoria.
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Source: elpais.com